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Coronel Florentín Oviedo


Coronel Florentín Oviedo,  por Licenciado Alberto del Pino Menck

El Teniente Coronel Oviedo, Jefe del Batallón Nº 22 luce el uniforme de parada para jefes de Infantería que consiste en: levita azul oscuro con una carrera derecha de nueve botones dorados con el escudo nacional, vueltas encarnadas en el cuello y en las bocamangas. Sobre éstas, una cartera de paño rojo encarnado con vivo blanco, sobre dos galones anchos de jefe y un galón angosto de oficial subalterno, distintivo de su jerarquía de teniente coronel. Charreteras de pala de paño negro – según lo dispuesto desde 1848 - una con canelones dorados (hombro derecho) y la otra (hombro izquierdo) con fleco de gusanillo de oro, ambas sujetas al hombro por presillas doradas. Forrajeras y cordones para jefes modelo francés, que penden del pecho de la levita de un botón pequeño con el escudo de armas de la nación.  Condecoraciones: de izquierda a derecha: Estrella de Caballero de la Orden Nacional del Mérito, Medalla de plata de Tuyutí, y Cruz de 2ª clase de Acaiuasá.  Pantalón azul oscuro con franjas anchas de galón dorado en la costura del costado exterior de cada pierna (no son visibles en la acuarela). Morrión de jefe con galones dorados en la imperial y en el aro, chapa de metal dorado con el Escudo de Hacienda (león, gorro frigio e inscripción “PAZ Y JUSTICIA”), otras inscripciones: “EJÉRCITO DE LÍNEA”, y “PARAGUAY”.  Carrilleras de metal con escamas doradas de modelo francés;  escarapela tricolor de seda, y penacho azul, distintivo de Teniente Coronel desde 1848 (rojo para coroneles y blanco para mayores).  Faja de seda mordoré o carmesí con bellotas y borlas de canelones de oro, y sobre ella, cinturón con tiros para espada de cuero negro con chapa con el escudo nacional y letras “R.D.P” (República del Paraguay) debajo del mismo.

Para la recreación de este uniforme nos basamos en fotografías, restos de vestuario, documentos de época y reconstrucciones del uniformólogo francés Louis de Beaufort. Nos hemos tomado una licencia al realizar esta acuarela del uniforme de parada en uso desde el principio de la guerra. Hay pruebas de que se siguió vistiendo en solemnidades durante la campaña.  Pensamos que luego de la gran batalla de Itá-Ybaté o Loma Valentina - la de los siete días con sus noches - difícil sería para aquellos guerreros vestir galas por no existir elementos suficientes debido a la penuria imperante en aquel entonces.  A pesar de lo enunciado, quisimos personificar en la figura de Florentín Oviedo a un Teniente Coronel del Ejército Paraguayo vistiendo tal uniforme pues esa era su jerarquía al finalizar la guerra.


Apuntes biográficos

Nació en Villarrica en 1840, siendo hijo de Juan José Barrios y María Antonia Oviedo. Sentó plaza en el Batallón Nº 22 en Cerro León el 3 de febrero de 1864.  Cuando comenzó la guerra, el entonces Cabo Oviedo, marchó con su batallón a Humaitá y luego a la Campaña de Corrientes. Vuelve a Paraguay con ginetas de Sargento.

El jefe fundador del Batallón 22 donde comenzó su carrera militar Oviedo lo fue el Teniente 2º Salvador Sánchez, antiguo soldado oriundo de Paraguarí, que sentó plaza en abril de 1846. En abril de 1865, el batallón se embarcó en Humaitá para la campaña, siendo su jefe entonces el Coronel Pantaleón Balmaceda.

Algunos autores refieren la participación de Oviedo en Corrales, acción librada en territorio correntino el 31 de enero de 1866, donde se menciona obtuvo las ginetas de sargento y la cruz otorgada a los vencedores de esa acción militar.   El Coronel Arturo Bray en su obra “Hombres y Épocas del Paraguay”, mencionando a militares paraguayos liberales, señala en primer lugar al “coronel Florentín Oviedo - poseedor de la preciada “Cruz de Corrales”, la más rara condecoración de la guerra, sólo concedida a veinte oficiales –”

En el discurso del Miembro de Número de la Academia Paraguaya de la Historia Prof. Dr. R. Antonio Ramos al recibir al Dr. Víctor Ignacio Franco en calidad de miembro correspondiente de la misma, que dictaría precisamente una conferencia sobre el Coronel Oviedo, se lee:  “Se trata del Coronel Florentín Oviedo, uno de los veinte combatientes distinguidos con la famosa “Cruz de Corrales” y el guerrero a quien el Mariscal López otorgó en un solo día dos ascensos y entregó dos condecoraciones.”

En su conferencia, el Dr. Víctor I. Franco indica que luego de realizar la campaña de Corrientes donde por “su actuación descollante conquistó las jinetas de Sargento. Actuó en el memorable combate de “Corrales”, - su bautismo de fuego – librado el 31 de enero de 1866, y por su denodado valor y su bravo comportamiento en esta acción llegó a formar parte de los veinte que alcanzaron como recompensa la “Cruz de Corrales”.

Luego Franco repitió lo dicho por Bray, con énfasis en que la misma es la “más rara condecoración de la guerra, sólo concedida a veinte oficiales.”  Luego, se explaya sobre la acción militar en sí. 

Ahora bien, la Cruz de Corrales fue concedida en un número mucho mayor que “veinte oficiales”. Fueron numerosos los oficiales, sargentos, cabos y soldados que la recibieron. Juan Emiliano O’Leary, principal biógrafo de Oviedo, a quien éste le relato pormenorizadamente en 1911 sobre su actuación militar en la guerra, nada menciona sobre esta participación.  No hubiera pasado desapercibido para este autor tal hecho que significaba especial distinción para quien tuviera el orgullo de portar la Cruz de Corrales. Además importa destaco dos aspectos importantes: 1º.- No existe referencia alguna de la participación en dicha acción de guerra de efectivos del Batallón Nº 22 - en el que prestaba servicios Oviedo cuando la acción de Corrales - si en cambio de los Batallones Nº 3, 7, 9, 12, 18, 21, 24, 25, 28, 36, 37, 38 y 40 y de los Regimientos de Artillería a Caballo Nos. 1 y 2, de donde fueron seleccionados los oficiales, sargentos, cabos y soldados que si participaron en el combate.  2º Cuando Oviedo es promovido a Mayor en enero de 1869 – luego de Lomas Valentinas - no se hace mención de la Cruz de Bronce de Corrales entre las condecoraciones citadas en el decreto de su ascenso.

Por estas razones manifiesto reserva en cuanto a la pertinencia de atribuirle esa participación y la respectiva condecoración al Coronel Oviedo.

Culminada la campaña de Corrientes y trasladada la lucha a territorio paraguayo, según testimonio de Oviedo – que O’Leary refiere en “El Libro de los Héroes” - actuó en la batalla del 24 de mayo de 1866 a órdenes del Capitán Santiago Florentín, en el ataque al centro enemigo “en pos de nuestra briosa caballería”. Fue de los que llegaron hasta los cañones brasileros. O`Leary indica su pertenencia a la 1ª Compañía del Batallón de Infantería 22, de la que solo salieron 20 vivos, todos heridos.

Después de la acción del 24 de mayo, siendo Sargento 1º de la 1ª Compañía del Batallón 12, con fecha 6 de junio de 1866 obtuvo su primera promoción de oficial: Subteniente graduado de la Compañía de Granaderos del Batallón Nº 3.

Toma de Razón de la Patente de Teniente 2º de la 1ª Compañía del Batallón Nº 3, Cuartel General en Paso Pucú, el 9 de junio de 1866 (cortesía Dr. Eder Acosta Santa Cruz)

La toma de razón original del despacho o patente de su grado de Subteniente 2º, la cual se conserva en el Archivo Nacional de Asunción indica que el segundo ascenso de oficial se registró tres días después, según lo que indica la patente otorgada en el Cuartel General de Paso Pucú el 9 de junio de 1866.

El Ciud.no Francisco S. Lopez, Mariscal, Presidente dela Rep.ca del Paraguay y General en Gefe de sus Ejercitos:

Atendiendo á la ideoneidad y servicios del Subteniente graduado de la 1ª compañía del batallon n3 Ciud.no Florentin Oviedo: le nombra Subteniente 2º en  la misma Comp.a, con los honores, Sueldos, esenciones y privilegios que corresponden á este grado, con cargo del juramento Nacional que presto a tiempo de su graduacion, y de que le tomará razon de esta Patente en la oficina correspondiente.  Cuartel general en Paso Pucú   Junio 9 de 1866.

El  3º de Infantería a la sazón se hallaba al mando del Mayor Julián Nicanor Godoy, y Oviedo en esta Unidad, participó en los combates del 16, 17 y 18 de julio de 1866.  Escribe O’Leary: “El último día de la encarnizada lucha, al ir a decidirse por nosotros la victoria, recibió dos grandes y profundas heridas en el pecho, que casi le costaron la vida.”

Recogido casi moribundo el 18 de julio de 1866 por el general Díaz, pasó a restablecerse al Hospital de Humaitá. A mediados de 1867, “fue a ocupar su puesto en el  Batallón 3, destacado en Paso Rojas”. El 3 de noviembre de 1867, actuó comandando una compañía del citado batallón, componente de la 1ª Brigada al mando del bizarro comandante Manuel Antonio Jiménez, “Cala’a”, en el brioso asalto a las posiciones fortificadas del ejército aliado en Tuyutí.

En esta acción, el Subteniente Oviedo, se condujo como un bravo, logrando apoderarse de una pieza de artillería brasileña rayada modelo Withworth.  El famoso cañón “fiu”, mote con que fue conocido por los combatientes paraguayos, imitando el sonido que producía el proyectil en su trayectoria al ser disparado.

Según O’Leary, el subteniente Florentín Oviedo - uno de los últimos en retirarse del campo de batalla - fue herido de un balazo en la cabeza que lo tuvo inconsciente varios días, aunque sin mayores consecuencias. Entonces, fue objeto de honores no dispensado a otro militar durante la guerra:

El Mariscal López, después de señalar sus méritos, ante numerosos jefes y oficiales, prendió sobre su pecho la cinta de que debía pender la medalla, aún no fundida, de Tuyutí, y le entregó su despacho de teniente 2º. Prestado el juramento de ley, le otorgó  la Estrella de Caballero de la Orden del Mérito, entregándole su despacho de teniente 1º.
En medio del asombro de los presentes, repitió el juramento establecido para ser reconocido en su nuevo cargo, recibiendo acto seguido su nombramiento de comandante del batallón 27.

Teniente 1º y comandante del Batallón de Infantería Nº 27, en enero de 1868 pasó a depender del Coronel Paulino Alén, comandante de la plaza de Humaitá.  Durante varios meses – relata O’Leary – quedó acantonado en Amboró-ruguá. 
 El Batallón 27 de su mando, participó en una fuerza al mando del comandante Juan Vicente Orzuzar, junto a 6 piezas de artillería para auxiliar a las fuerzas del mayor Zoilo Almada (200 jinetes del 7º de Caballería) que enfrentaban a fuerzas argentinas y brasileñas. Este refuerzo fue enviado por el coronel Alén, a la sazón, comandante de Humaitá.  El 2 de mayo de 1868 se produjo el combate de Yuasy’y:
Al oscurecer, el Teniente Oviedo, a la cabeza de su batallón, y el Capitán Zoilo González, acaudillando un regimiento de caballería desmontada, cayeron sobre los argentinos, haciendo estragos espantosos en sus filas. La vanguardia enemiga fue totalmente destruida, dispersándose la Legión 1ª. de Voluntarios que fue disuelta después, acusada de cobardía, siendo dados de baja todos sus oficiales.


Coronel de Infantería Don Florentín Oviedo tomada después de la contienda.  Durante la guerra ascendió hasta el grado de Teniente Coronel.  Inició su carrera en Cerro León el día de San Blas, 3 de febrero de 1864, sentando plaza como soldado del Batallón Nº 22.  Se distinguió en numerosas acciones bélicas, siendo herido en cinco oportunidades hasta caer prisionero en Acosta Ñu, enviado prisionero al Brasil.  Reliquia viviente de la guerra del 70, sobrevivió hasta después del final de la contienda chaqueña.  Según relata Juan E. O’Leary, con Oviedo se dio un caso único en el ejército paraguayo en guerra contra la Triple Alianza: ascendió dos veces, obtuvo dos condecoraciones y el comando de un cuerpo.  Todo en un solo día. En 1931, cuatro años antes de su muerte, el antiguo pueblo de Ajos, lugar donde residía desde después de la Guerra Grande, le honró pasando a denominarse Coronel Oviedo.  (fotografía: Museo Histórico Nacional, Montevideo, Uruguay).

Centurión también relata que producido el rescate de dos piezas de artillería y retirada la caballería paraguaya, los aliados enviaron una fuerza de refresco y dos piezas de campaña, “pero el Teniente Oviedo, que ya se encontraba con su batallón en el camino, con un ¡Viva la Patria! sale al frente y mandó hacer una descarga sobre ella, que fue suficiente para obligarla a emprender una precipitada fuga.”

Por esta acción y por el brillante comportamiento de su batallón 27, recibió el despacho de capitán y felicitaciones por su comportamiento.  El 4 de mayo de 1868, Oviedo estrenando su flamante graduación, tomó parte en un reconocimiento de las posiciones del enemigo.

El 18 de julio de 1868, participa con dos compañías de infantería junto al Capitán Melitón Taboada, al frente del Regimiento “Acamorotí”, ocupando un lugar oculto y sorprendiendo a una fuerza al mando del Coronel Miguel Martínez de Hoz quien marchaba al frente del Batallón Riojano y de dos batallones brasileños:

Al llegar al lugar llamado Ayacuazá, donde se cruzaban dos caminos, los invasores entusiasmados por la persecución, vieron de pronto, desaparecer a los paraguayos, y, en ese mismo momento, recibieron una andanada de nuestra artillería

Luego de producido el desbande de los brasileños, pereció en combate el coronel argentino Martínez de Hoz y fue tomado prisionero el comandante Gaspar Campos, jefe del Batallón Riojano por el propio Aveiro, quien lo entregó al cabo José María Godoy, que lo condujo enseguida a Timbó.  En este combate, el guaireño sufrió una grave herida en la pierna derecha, por lo que fue internado por un tiempo en el hospital de San Fernando.  Por la participación en este combate, recibió una cruz de ocho puntas, preciada condecoración discernida a quienes participaron en ese combate por decreto del 24 de julio de 1868 dado en el Cuartel General de San Fernando por el presidente López.

Aún convaleciente de su herida, al frente del Batallón 22, emprendió la retirada desde San Fernando hacia el Pikiciry.   El 6 de diciembre de 1868, se halló en la defensa del puente de Ytororó. Centurión y O’Leary le mencionan erróneamente al frente del Batallón 20, como “Mayor Oviedo” siendo que aún era Capitán en esta jornada y presumiblemente mandara aún el Batallón 22.

Efraim Cardozo indica que en esa oportunidad, fue enviado por López para reforzar la columna del General Caballero cuando esta fue atacada por la retaguardia por el general Osorio guiado por el baqueano paraguayo Higinio Céspedes.

Actuó en Avay el 11 de diciembre de 1868, “siendo el suyo el único cuerpo que se abrió paso en medio de los apiñados regimientos enemigos, escapando a la saña cruel del vencedor.”

El 21 de diciembre de 1868 volvió a desempeñarse al frente de su batallón 22, luchando en la memorable Ita Ybaté, la batalla de siete días con sus noches, “donde recibió una bala que le destrozó el maxilar inferior, le atravesó el cuello y fue a salir en la nuca.” 




Recogido del campo moribundo, convaleció en el Campamento Cerro León, donde el Mariscal le otorgó el despacho de Sargento Mayor, y encargándole que reorganizara el Batallón 22, desaparecido por las pérdidas sufridas en las últimas acciones.  Nombrado posteriormente Jefe de la 3ª División, toma parte en la batalla de Diarte, acompañando al general Caballero.

Por despachos concedidos por el Presidente López con fecha 1º de enero de 1869, nos enteramos sobre su ascenso a Sargento Mayor, siendo mencionado el Capitán Florentín Oviedo “de la 1.ª compañía del batallon N.º 22 condecorado con la medalla de plata de Tuiutí y Cruz de 2.ª clase de Acaiuazá.”  
Este documento estaría relativizando la información anterior, siendo entonces que no se menciona ni la Cruz de Corrales ni la Orden Nacional del Mérito, distinciones discernidas a Oviedo como mencionan algunas fuentes.

Ascendió a Teniente Coronel luego del combate de Diarte, y con la 3ª división de su mando, participó en la retirada hacia el norte después del desastre de Piribebuy, cubriendo la retaguardia del general Caballero.

Al mando de su división, participó en la jornada del 16 de agosto de 1869 en Rubio Ñú o Ñu Guazú, paraje cercano a Barrero Grande donde tuvo lugar un desigual combate contra fuerzas aliadas. Es interesante el testimonio proporcionado en el año 1901 por el Alférez 2º Gerónimo Almada, vecino de Barrero Grande, quien consiguió el aval del Coronel Florentín Oviedo a su declaración. 

Prisionero en Acosta-Ñú, todo parece indicar que Almada era un oficial de 28 años de edad el 16 de agosto de 1869, sin antecedentes previos y que presumiblemente, obtuvo su jerarquía en el Campamento de Azcurra en los primeros meses del año 1869. Dirigido este testimonio al Coronel Oviedo el 22 de diciembre de 1901, al que acredita como “conocedor de mi graduación de Alferes 2º desde el primer dia de haberme ascendido hasta el momento de caerme pricionero de guerra junto con V.S.”.  Indica que el Coronel Oviedo, mandaba como “segundo Gefe en el campo de Ñúguasú y como primero el Coronel Franco, a los batallones 6, 7, 21 y 22 y despues de haber caído muerto de las balas enemigas dicho Coronel quedó V.S. mandando los restos de los expresados batallones, […]”

Los historiadores brasileños llaman al encuentro campal de que nos ocupamos, Batalla de Campo Grande. Taunay así relata el resultado:

Os resultados immediatos foram brilhantes: talvez para mais de 2.000 cadaveres attestavam a tenacidade inimiga e o vigor de nosso lidar; 1.300 prisioneiros, entre os quaes o tenente coronel Oviedo, o major Godoy e muitos officiaes; 42 carretas; 23 bocas de fogo; varias bandeiras; muito armamento de pederneiras e armas de construcçao bastante singular, modernas e nao conhecidas de nossos mais experimentados officiaes.

O nosso perjuizo foi de 431 praças, entre as quaes só 65 mortos, desproporçao resultante da superioridade de armamento e melhor direcçao dos tiros.

Tomado prisionero Oviedo en Acosta Ñu, Centurión relata lo siguiente:

De los jefes paraguayos que cayeron en esa ocasión prisioneros, se distinguió el teniente coronel Florentín Oviedo por la contestación que diera al general Pedra cuando éste le hizo comparecer ante él para tomarle declaración.  Entre otras cosas le preguntó: ¿cual era el total del ejército que había combatido a las órdenes del general Caballero?

Oviedo le contestó: “No sé señor. Pero si usted quiere cerciorarse de la verdad, puede ir al campo de batalla a contar los cadáveres de los paraguayos, y agregar al número que resulte el de los prisioneros que están presentes, y tendrá el total!”

Cuando el general Pedra oyó esta contestación abrió tamaños ojos, y clavando en su interlocutor una mirada de sorpresa, guardó un profundo silencio. Sin duda, no le causó mala impresión la contestación. porque enseguida le mandó dar una capa de paño. ¡Digno y generoso comportamiento de un hombre de sentimiento caballeresco!...

Conducido a Rio de Janeiro, permaneció 18 meses prisionero. Según versiones, en ese período rechazó proposiciones del Emperador Pedro II para prestar servicios en el ejército brasileño.

De regreso en Paraguay y ya afincado en el Pueblo de Ajos, el 24 de julio de 1872 se presentó el Teniente Coronel Oviedo ante la comisión revisora de despachos militares presidida por el general Resquín declarando que era vecino de Ajos y con la patente de su jerarquía, otorgada el 30 de julio de 1869 que lo acreditaba como jefe del Batallón Nº 7 de la 3ª División.

Durante el gobierno de Don Juan Bautista Gill (1874-1877), Florentín Oviedo ascendió a Coronel, siendo la última jerarquía en obtener en su carrera militar. Veamos lo que dice al respecto el Dr. Víctor I. Franco: 

Durante el segundo período constitucional, en la Presidencia de Don Juan Bautista Gill (25 de noviembre de 1874 a 12 de abril de 1877) fue ascendido Oviedo al grado de Coronel de la Nación. El 19 de marzo de 1875 fue designado miembro de la Comisión de Calificaciones de Servicios Militares, juntamente con el General José María Delgado, otro de los grandes héroes de la guerra del 64/70, y además, el Teniente Coronel Ríos.

Es interesante consignar que esta comisión fue en realidad creada por Decreto del 19 de enero de 1875 firmado por el Presidente Gill y su ministro de guerra, general Escobar, instalándose con su Presidente, el General Delgado, y sus vocales Coronel Florentín Oviedo y Teniente Coronel Narciso Ríos pocos días después (26 de enero de 1875). 

Destacamos que el Teniente Coronel Narciso Ríos – el otro vocal de la comisión calificadora - era otro renombrado militar de la pasada guerra, habiendo iniciado su carrera como oficial del Batallón 27 en la campaña de Mato Grosso, finalizándola como Defensor de Humaitá, Mayor y comandante del Batallón Nº 5.

También importa señalar que ya en enero de 1875 Florentín Oviedo fungía el grado de Coronel de Infantería lo cual indicaría – si Gill comenzó su administración el 25 de noviembre de 1874 – que su ascenso tenía poco tiempo de efectivizado.

Luego de realizada esa labor, Oviedo fue designado Segundo Jefe del Estado Mayor del Ejército Nacional, retirándose del servicio activo en el año 1879.  Pasaría a ejercer en su pueblo adoptivo, elegido como morada luego de la gran conflagración, la función de Jefe Político y posteriormente, el de Juez de Paz, “cargos desempeñados – recalca Víctor I. Franco - con altura, rectitud y acrisolada honradez.” 


1º de marzo de 1932. Homenaje a los sobrevivientes de la Guerra de la Triple Alianza en la Escuela Militar. Sentado en el centro el Coronel Florentín Oviedo  (Coronel Agustín Olmedo, Historia del Colegio Militar “Mariscal Francisco Solano López”  1915-1985, p. 170)

El 11 de octubre de 1935, luego de haber sobrevivido a casi todos sus camaradas de la Guerra Grande, murió a la avanzada edad de 95 años en el terruño elegido para vivir desde el fin de la gran conflagración.  Años antes de su desaparición física, en febrero de 1931 se le dispensó un alto honor por parte de un grupo de compueblanos. Estos decidieron en honor de aquel viejo guerrero cargado de años y de glorias, promover el cambio del nombre de la población de Ajos, por el suyo propio,

El Decreto Nº 39.296 de fecha 5 de febrero de 1931 dice textualmente: 

Es un deber del pueblo y del gobierno honrar a los ciudadanos que han merecido bien de la Patria por su servicio y sus sacrificios. El Coronel Florentín Oviedo ha tenido una actuación heroica como soldado de la Patria en la guerra de 1864 – 1870, y es el sobreviviente de más alta jerarquía de nuestro glorioso ejército del pasado: A mérito de los servicios prestados a la Nación Paraguaya por el mencionado ciudadano, oído el parecer del Consejo de Estado, el Presidente de la República José P. Guggiari y sus ministros Justo P. Benítez, Gerónimo Zubizarreta, Rodolfo González y Manlio Schenoni L. 

Este Decreto fue convertido en Ley por el Congreso Nacional en fecha 12 de agosto de 1931, con el número 1.219, la cual dice: Art. 1º Apruébase el Decreto Nº 39.296 del P. Ejecutivo, de fecha 5 de febrero del corriente por el cual se  cambia el nombre del pueblo de Ajos por el de “Coronel Oviedo".

En el transcurso del año 1933, el Coronel Florentín Oviedo visitó el teatro de operaciones en el Chaco, alentando a las fuerzas paraguayas con su presencia. Recorrió Isla Po’i así como otros puntos importantes, saludando al comandante Estigarribia y a su Estado Mayor. Según el Capitán PAM Zárate Monges, esta fotografía fue sacada en setiembre de 1930. En la imagen acompañado de militares. El de la derecha, es el Tte. 2º P.A.M. Juan G. Doldán (Museo del MDN, Asunción, Paraguay)


Muchos han sido los homenajes discernidos al veterano de la guerra.  En vida no se le escatimaron reconocimientos de distinto orden, el más significativo fue el dar su nombre al pueblo elegido para vivir el resto de sus días.   El Regimiento de Caballería Nº 10 “Cnel. Oviedo”, participante en la gesta chaqueña al mando sucesivo de los mayores Eugenio Ayala Velásquez, Miguel Ángel Yegros y Daniel Duarte Sosa, inmortalizó también su nombre.
Una calle asunceña recuerda su nombre, en el barrio Sajonia, paralela al Sur de Avda. Carlos Antonio López.

También se erigió un busto dedicado a su memoria en el año 1942, en la plaza donde hoy se levanta la Iglesia Parroquial de la actual Ciudad de Coronel Oviedo, el cual fue trasladado posteriormente al paraje denominado “Cerrito”, precisamente donde moraba el militar. El monumento fue inaugurado por el entonces Ministro de Educación Dr. Aníbal Delmás.  Asimismo, distintas instituciones paraguayas recuerdan su nombre. Entre ellas, la Escuela Graduada Nº 57 “Coronel Oviedo” de Asunción.

El 28 de febrero de 2018, se descubrió la estatua erigida en honor y recuerdo del militar, siendo este el último homenaje en serle discernido por la actual y pujante Ciudad de Coronel Oviedo. 

Tuvo el privilegio de servir a la patria en la primera epopeya, y, ver, lúcido, el transcurso de la segunda. Nadie le retaceó sus probados méritos, y de los pocos constituyó que fueran reconocidos y admirados en vida.

Bibliografía y fuentes documentales:



  • Aponte Benitez, Leandro  Mayor P.A.M.   “Hombres… Armas… y Batallas de la Epopeya de los Siglos”,  Asunción, S/I,  1969.  pp. 65-67.
  • Bray, Arturo  “Hombres y Épocas del Paraguay”,  Buenos Aires, Editorial Difusam, 1943, p. 122
  • Cardozo, Efraim “Hace 100 años”,  Tomo IX, p. 149;  Tomo  XI, p. 66.
  • Centurión, Juan C.  “Memorias o Reminiscencias Históricas sobre la Guerra del Paraguay”,  Tomo III, Asunción, El Lector, 1987, pp. 117-118,  206.
  • Franco, Víctor I.   “Coronel Florentín Oviedo”,  Academia Paraguaya de la Historia, Asunción, Talleres Gráficos EMASA, 1971.
  • O’Leary, Juan E. “El libro de los héroes. Páginas Históricas de la Guerra del Paraguay”,  Asunción, Librería La Mundial, 1922, p. 133.
  • O’Leary,   Juan E. “El libro de los héroes. Páginas Históricas de la Guerra del Paraguay”, Edición Especial, 12 de junio de 1970, Centenario de la Epopeya Nacional 1864-1870. Asunción, Oficina de Prensa del Ministerio de Hacienda en la Imprenta de la Dirección General de Estadística y Censos, 1970, p. 143-144.
  • O’Leary,   Juan E. “Historia de la Guerra de la Triple Alianza” p. 181
  • O’Leary, Juan E.   “Recuerdos de Gloria”, Compilación y nota introductoria de Sebastián Scavone Yegros, Asunción, ServiLibro, 2008,  p. 167
  • Riquelme García, Benigno  “El Ejército de la Epopeya”, Tomo I,  Prólogo de Leandro Prieto Yegros, Asunción,  Ediciones “Cuadernos Republicanos”, 1976, p. 55.
  • Visconde de Taunay   “Diario do Exercito. 1º Volume.  A Campanha da Cordilheira”. Companhia Melhoramentos de S. Paulo, Sao Paulo, 1926, pp. 201
  • Archivo Nacional de Asunción, Sección Historia
  • Archivo Nacional de Asunción, Sección Nueva Encuadernación
  • Archivo del MDN, Asunción, Paraguay – Fondo: Ex Ministerio de Guerra y Marina  “Índice de Veteranos”  Año 1901 a 1903.  A”.

Comentarios

  1. ¿como era el uniforme del cuerpo de infanteria uruguayo(cesar diaz)en la batalla de caseros? ¿ya estaba afrancesado?¿hay algun sitio o direccion web donde puedo conocer dichos unformes?saludos desde la banda occidental del rio de la plata,n o del uruguay.

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  2. Buenos días. Desde esta orilla oriental le contesto, aunque sin saber a quien me dirijo pues no consta. Los uniformes vestidos por la División Oriental el 3 de febrero de 1852 eran importados de Francia. Tengo los datos precisos para reconstruirlos. Usted puede encontrar en el museo Casa de Caseros una lámina que reproduce a los uniformes de los ejércitos enfrentados al mando de los generales Rosas y Urquiza, que incluye a los aliados extranjeros orientales y brasileños. Tiene algunas inexactitudes pero puede ayudar para una idea general del vestuario utilizado. En la revista Calacuerda (usted la puede bajar de la web) publicada en forma digital por la Sociedad de Historia Militar (Buenos Aires), existe mucha información sobre uniformes del Río de la Plata. Yo soy el representante en la Banda Oriental. Ya que usted está interesado en el tema, en la Revista del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay publico un extenso artículo sobre la participación uruguaya en esa batalla.

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No existen demasiados registros sobre la vestimenta colonial. En la Asunción, hispanos y criollos acaudalados vestirían -de encontrar tejidos aptos - de la misma forma que el resto de la colonia americana, es decir, una versión simplificada de la vestimenta europea de la época. ABRIR BAULES Y ROPEROS.  Milda Rivarola Espinoza . María de la Paz Ruíz. Estación de Pirayu. Fotografía: Valeria Canata. En general, los viajeros coinciden en describir el renglón del vestuario colonial asunceno como:  generalmente pobre, reducido al uso de lencería de algodón y al uso de peletería (cuero) Milda Rivarola escribe:  Como los primeros años de la independencia no trajeron grandes cambios de los usos y costumbres ancestrales, un relato de Juan R. Rengger de su viaje al Paraguay, relata: En la ciudad tratan de imitar la moda europea, pero en la campaña andan descalzas y vestidas con una camisa y una batilla que están fijadas en la cintura por un cinturón. La camisa lleva

Proyecto de Recreación del Uniforme del Gral. José Eduvigis Díaz Vera. Segunda Parte.

La representación del vestuario de un personaje histórico debe ser precedida de una investigación exhaustiva, dado que ese atuendo se impone que se luzca en un acontecimiento acorde a las características del mismo (fiesta nacional, efemérides patrias, eventos culturales,   grupos de recreacionistas etc.).  Un marco adecuado que dé sentido a esa representación. Eder Acosta Santacruz, Sub-Teniente del ejercito Nacional del Paraguay, en un recorrido por la Recoleta organizado por la Asociación Cultural Mandua'ra, diciembre de 2018. Fotografía: Majo Tejera. Al momento de recrear este uniforme nos percatamos de la ausencia de un trabajo o guía práctica dedicada al estudio de los atuendos militares de Paraguay. Hay páginas y foros que hablan de vestuario militar, interesantes aportes, pero no orientados hacia la creación de un uniforme en particular. No existe obra dedicada exclusivamente al estudio de los uniformes militares paraguayos. Queremos que esta public