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La Legión 1a de Voluntarios: reseña histórica e iconográfica de un cuerpo argentino en la Guerra del Paraguay.

 

La Legión 1ª de Voluntarios: reseña histórica e iconográfica de un cuerpo argentino en la Guerra del Paraguay.

 

                                                   por Alberto del Pino Menck

Campamento en marcha, 16 de noviembre de 1865. Pasaje del Río Batel.  Detalle del óleo de Cándido López, Museo Histórico Nacional, Buenos Aires.  En primer plano, el batallón Legión 1ª de Voluntarios al mando del comandante José Pipo Giribone que se aprecia en la imagen a caballo al igual que el segundo Jefe y su ayudante.  Se destacan los dolmanes y el kepí punzó que caracterizaba a los oficiales de este batallón de legionarios.   La tropa, chaquetilla y bombacha de brin blanco, con gueltras o polainas de cuero, correaje y mochila, fusil de percusión y su kepí punzó que lo diferenciaba - al igual que los batallones 1º de Línea, Legión Militar y 2ª Legión Voluntarios - de los otros cuerpos de línea.

Introducción

Este batallón del Ejército argentino, formado por enganchados extranjeros, predominantemente italianos, tuvo una destacada actuación en los dos primeros años del conflicto con Paraguay hasta que sobrevino su desafortunado final en 1868, año en que se operó su disolución luego de dos contrastes frente al enemigo.  El cuerpo tuvo su origen al disolverse la denominada “Legión Voluntarios de la Libertad” luego de la Campaña de Pavón.  El 6 de mayo de 1862 se dispuso que el Capitán José Pipo Giribone (Savona, 18 de julio de 1824-Tuyu-Cué, 17 de febrero de 1868), genovés veterano de la Defensa de Montevideo, donde había actuado como maestro de banda de la Legión Italiana; además de sido protagonista en la defensa de Buenos Aires en 1852 y las campañas contra los indios del Sud, formara en base a los efectivos de la disuelta Legión Voluntarios de la Libertad, una Legión Extranjera compuesta por cuatro compañías.   El 12 de marzo de 1863, Giribone funge como Sargento Mayor graduado de la Legión, obteniendo la efectividad de ese empleo en octubre de 1864.

Comandante Giribone y oficiales y tropa de la “Legión Voluntarios de la Libertad”, cuerpo organizado el 10 de agosto de 1861 con voluntarios extranjeros, predominantemente italianos. Hermosa y rara imagen que llegara a nosotros hace una década y media atrás por gentileza del Doctor Miguel Ángel De Marco. Todos visten camisetas “garibaldinas” semejantes a las usadas en el Sitio de Montevideo por la Legión Italiana. Los colores son los mismos, es decir camiseta punzó con vueltas (puños, carteras y faltriqueras verdes) todo con vivos blancos, botón dorado; mientras que el kepí es punzó con vuelta o faja verde.  La Legión Voluntarios solo llevó las iniciales “L.V” en lana blanca la tropa, y en metal dorado los oficiales según datos proporcionados por el recordado amigo Mario Chaves. La fotografía pertenece al estudio rosarino de Emilio Bertin, Provincia de Santa Fé.  El cuerpo estuvo destacado en Rosario hasta ser disuelto en mayo de 1862, pasando luego a guarnicionar El Azul con una nueva organización, siempre al mando de Giribone.   Con los nombres de los Capitanes Russo, Caba y Grenie que figuran anotados en el passpartout de la fotografía - se aprecia a caballo al comandante Giribone - y comparándolos con los oficiales de igual jerarquía con que contaba la Legión Voluntarios en Yatay, encontramos las siguientes coincidencias:  Capitán encargado de la Mayoría (revistando en la Plana Mayor, Eugenio de Rousseau (Russo?);   Capitán Cayetano Cava (Caba) comandante de la 3ª Compañía; y Capitán Gerrino Greni (Grenie ?)  comandante de la 1ª Compañía. (Gentileza Doctor Miguel Ángel De Marco, procedente del acervo del Sr. Alfonso Giribone).


Luego de su inicial asiento en Rosario, la Legión Voluntarios pasó a guarnecer el Azul. En continua campaña contra los indios, formó parte de la División “Frontera Sud” al mando del Coronel Ignacio Rivas. Al estallar la Guerra del Paraguay, se encontraba el cuerpo de guarnición en la margen del Tapalqué, en el punto que hoy ocupa el pueblo de Olavarría.

Es en esta guarnición, que el cuerpo fue movilizado al declararse la guerra al gobierno del Paraguay por decreto del 9 de mayo de 1865, dando respuesta al ataque perpetrado en abril de ese año a la Ciudad de Corrientes. 



Izquierda:  Sargento Mayor José Pipo Giribone, comandante de la Legión. Viste la tradicional camiseta o blusa “garibaldina” que comenzó a usarse en el Sitio Grande de Montevideo por la Legión Italiana. Los colores son los mismos, es decir camiseta punzó con vueltas (puños, carteras y faltriqueras), de color verde, todo con vivos blancos, siendo el botón dorado, pantalón azul con franja verde y faja de seda punzó debajo del cinturón con chapa metálica dorada con el escudo de armas argentino.  El kepí es punzó con vuelta o faja verde.  Derecha: Capitán José Pipo Giribone, antes de su ascenso a mayor.  Luce la misma garibaldina descripta anteriormente, con un pantalón blanco reemplazando al azul de la fotografía anterior.  Además, se aprecia en el cuello el uso de una corbata de nudo, quizás con los colores italianos. Adivinamos por obvios los colores del polí (Bonnet a pólice): punzó con faja verde, cuatro galoncillos o trencilla dorada que denotan su jerarquía y borla dorada  (Gentileza Doctor Miguel Ángel De Marco, procedente del acervo del Sr. Alfonso Giribone).

La Legión Voluntarios rumbo al teatro de operaciones y su incorporación al cuerpo de ejército del general Paunero.

En mayo de 1865, el ejército argentino contaba con tres batallones que llevaban el título de “legión”, integrados por extranjeros y al mando de tres veteranos de destacada trayectoria guerrera que comenzó en filas de la Legión Italiana en el Sitio de Montevideo: la Legión Militar al mando del Teniente Coronel Juan Bautista Charlone (Piamonte 1826-Curupaity 1866); la Legión de Voluntarios creada recientemente (20 de abril de 1865), para la cual fue nombrado jefe el coronel graduado Antonio Susini (Cerdeña 1819-Génova 1914); y la Legión de Voluntarios al mando del teniente coronel José Giribone, de la cual se ocupa esta reseña.  El 13 de mayo de 1865, un decreto daba denominación a las legiones de Voluntarios:

La Legión Voluntarios al mando del Sargento Mayor D. José Pippo Giribone se denominará en adelante 1er. Batallón Legión Voluntarios.

La de la misma clase al mando del Coronel graduado D. Antonio Susini, tomará la denominación de 2.º Batallón Legión Voluntarios.

Días después, el diario montevideano “La Tribuna” en su edición Nº 66 correspondiente al día 23 de mayo de 1865, nos informa del embarque de la “Legión Giribone”, destacando como noticia de interés la cantinera que acompañaba al batallón argentino:

Embarque de Fuerza – 18 de Mayo de 1865 a las 10 de la mañana.- Se embarcó el “Batallón Legión Extranjera”; Pippo y el Ministro de Guerra presenciaron el embarque en Buenos Aires.

“Buenos Aires – Tenemos diarios hasta el 20.

No ocurrió novedad de bulto, se había embarcado el batallon Legion Estrangera. Llevaba esta su Cantinera, cuyo respecto dice la “Nación Argentina:”

Llamaba la atención de todos, una mujer que acompañaba á la Legión Estrangera. Vestía una pollerita corta color punzó, con vivos verdes, una blusa del mismo color, un sombrero con plumas, y unos pantalones grises con franja. Segun nos dijeron acompañaba a su marido hasta el Paraguay.



Carte de visite del Teniente Coronel José Pipo Giribone. Este es el retrato más difundido del militar, utilizado por el artista catalán Francisco Fortuny, para plasmar la ilustración publicada en el Álbum de la Guerra del Paraguay (Tomo II, entrega 28, 1898, p. 53)   Al dorso de la imagen, de puño y letra de Giribone reza la siguiente dedicatoria, a su amigo y compañero de armas, el teniente coronel argentino Tarragona: “A mi querido am.o y compañero Ten.te Cor.l Dn. Ezequiel Tarragona en prueba de amistad y aprecio – J Pipo Giribone”.  (Complejo Museográfico “Enrique Udaondo”, Archivo Doctor Estanislao Zeballos, Luján, Nº 1.173, cortesía Ing. Carlos Vertanessian).

El General Paunero, en nota dirigida el 4 de junio de 1865 desde el pueblo correntino de  Esquina, donde organiza el Primer Cuerpo del Ejército Argentino de Operaciones, le anuncia entre otras novedades al ministro de guerra General Gelly y Obes: “Anoche llegó Pipo con su legión y hoy está en línea”. [1]

La “Legión Pipo” - como también se le conocía familiarmente en el ejército – había llegado al mando del sargento mayor graduado José Giribone[2] quedando incorporado al pequeño ejército de operaciones al mando del general Wenceslao Paunero (futuro comandante del 1er. Cuerpo de Ejército de Operaciones argentino).

Luego de continuas y sufridas marchas a través de la Provincia de Corrientes, donde el cuerpo formaba en 2ª División al mando del Coronel Arredondo en la 4ª Brigada, al mando del Teniente Coronel Adolfo Orma, llegan a las proximidades de Paso de los Libres, pueblo ocupado por los paraguayos.  La Legión Voluntarios, conjuntamente con el Batallón 2º de Línea al mando del Mayor Francisco Borges, participó en la batalla de Yatay el 17 de agosto de 1865 formando parte del ejército aliado de vanguardia.   Un mes después, se encuentra entre los cuerpos aliados que asisten a la rendición de las fuerzas paraguayas sitiadas en Uruguayana (18 de setiembre de 1865).  Por ambos triunfos militares, le fueron concedidas a sus participantes, sendas medallas conmemorativas, una oriental y otra brasileña.

Será precisamente durante el sitio de Uruguayana – el día 15 de setiembre de 1865 - en que encontramos una mención respecto de las fuerzas argentinas de línea anotada en sus memorias por el Conde D’Eu, yerno del Emperador Pedro II, a las que reputa como “magníficas”.  Agrega: “Os mais brilhantes sao o denominado de Voluntarios e a “Legião Militar”, quasi inteiramente compostos de europeus.”

Esta “Legião Militar, que antes da guerra se empregava contra os indígenas do Sudoeste, é até comandada por um italiano, chamado Ciarlone. Tem sobretudo uma banda de tambores e clarins de esplendido effeito. Tanto este dous batalhoes como os de linha estao uniformizados completamente á francesa; os uniformes vêm até já promptos da Europa: fardas muito curtas, azues ou verdes, grandes dragonas de lã, barretinas pequeñas, calças largas mettidas em polainas brancas. O effeito de conjuncto é muito marcial. Os officiaes são os únicos que conservam calças côr de amaranto, cujo effeito a meu ver é infeliz. [3]

Es también en Uruguayana donde el día 24 de setiembre de 1865, Gastón de Orleans nos entera de algunas minucias respecto del capitán francés de Rousseaux, que funge como mayor interino del Batallón Legión 1ª de Voluntarios:

Vi outra ‘Crimean Medal’ sobre um uniforme argentino, mas desta vez acompanhada de um hábito da Legião de Honra. O capitão assim condecorado veiu dizer-me que era francez, natural de Toulon; o seu appellido é de Rousseau; diz que seu pae era ‘receveur – general’. Fez muitos protestos de dedicação, principalmente para com meu tio Joinville. [4]

Ocurrido el cruce del Paraná y comenzada la invasión aliada al Paraguay, se halló en las acciones del Paso de la Patria y toma de Itapirú (16 y 17 de abril de 1866); en el combate del Estero Bellaco (2 de mayo de 1866); y en la gran batalla de Tuyutí el 24 de mayo de 1866.    

El 21 de agosto de 1866 Giribone es ascendido a Teniente Coronel graduado y con esa jerarquía, un mes después se vuelve a encontrar al frente de su Legión 1ª de Voluntarios en una acción de gran envergadura. Ocurre que aún no le habían llegado sus despachos con el ascenso otorgado en Buenos Aires un mes antes…

El 22 de setiembre de 1866 el ejército aliado ataca impetuoso las trincheras paraguayas de Curupaity.  La Legión 1ª de Voluntarios al mando de Giribone integra la 2ª división del ejército argentino al mando del coronel Arredondo.  El cuerpo hace brigada con el Batallón Riojano, y al igual que los demás cuerpos brasileños y argentinos, sufre pesadas bajas en el combate, en el porfiado aunque vano intento de conquistar aquellas inexpugnables defensas.  El historiador Miguel Ángel De Marco, comparte la arenga que pronuncia Giribone a su batallón, frente a las trincheras paraguayas:

Soldados de la Legión Voluntarios! Hace más de un mes que el Superior Gobierno de la Nación ha mandado extender los despachos de teniente coronel para vuestro jefe, sin que hasta hoy se le hayan entregado. Creo que se habrán perdido, pero que hoy se hallan en esas trincheras. ¡Soldados: vuestro jefe va hoy a morir o a recuperarlos! ¡Viva la patria! ¡Adelante! ¡Adelante!

Su poncho blanco de vicuña sería acribillado de balazos a los costados y manchado con su propia sangre.  Todo eso se conservaba con otras reliquias que le pertenecieron, en el museo de Luján.   Giribone tuvo a tres oficiales de su cuerpo muertos.  Fueron estos el capitán Cayetano Cava, el teniente 1° Ernesto Blanelli y el subteniente Guillermo Blopa.  Se contaron treinta y tres soldados muertos; y entre los heridos, además de Giribone, cuatro oficiales (teniente 1° Lorenzo Raimondi, el teniente 1° Luis Saubeur, subteniente Luis Casanova y subteniente abanderado Leonardo Brown) y sesenta y cuatro soldados, heridos; y catorce de tropa contusos. [5]  

En el rechazo del asalto paraguayo del 3 de noviembre de 1867, al campo atrincherado aliado de Tuyutí, vuelve a distinguirse el cuerpo. Meses después, Giribone obtiene la efectividad del grado de teniente coronel, con fecha 15 de enero de 1868.   Sería el último ascenso de este bravo soldado.

Izquierda: Al dorso de la fotografía a lápiz la siguiente anotación: “Tte. Cnel. José Giribone con sus ayudantes en el Paraguay” (Complejo Museográfico “Enrique Udaondo”, Archivo Doctor Estanislao Zeballos, Luján, Nº 22.428, cortesía Ing. Carlos Vertanessian);  derecha:  La fotografía de Giribone, tal como fue reproducida en el año 1986 por el recordado amigo Mario Chaves. El original se conservaba en una carpeta de la colección Estanislao Zeballos, y recuerdo que se trataba de una copia fotográfica tomada del grupo original, donde se advierte el contraste logrado con una cámara analógica, apoyada en el revelado tradicional con cubeta y líquido revelador.


Una de las muchas versiones que se conocen de esta fotografía, atribuida a la galería de Carlos César, uno de los fotógrafos de tiempos de Pedro II (George Thompson “La Guerra del Paraguay”)


1867 - Banda de música del Batallón 1ª Legión Voluntarios en el campamento de Tuyu-Cué. (Complejo Museográfico “Enrique Udaondo”, Luján, cortesía Ing. Carlos Vertanessian)


 Muerte de Giribone en el combate de Yutú-Cué o de los Yataitises (17 de febrero de 1868)

 

Desde el campamento de Tuyu Cué, las fuerzas del ejército argentino acostumbraban todas las mañanas, enviar fuertes reconocimientos contra las posiciones paraguayas del Ángulo. Este combate se libró en el lugar denominado Yataitises entre dos piquetes de reconocimiento argentinos comandados respectivamente por los tenientes coroneles Giribone y Falcón, y fuertes emboscadas paraguayas que los atacaron de frente y por la retaguardia, dirigidas por el Capitán Ceferino Dolores Urbieta, edecán del Mariscal Francisco Solano López.[6]


Grabado del periódico de trinchera paraguayo Cabichuí (edición del lunes 17 de Febrero de 1868, Paso Pucú, Año 2, Nº 83, página 2).

El teniente coronel graduado José Pipo Giribone a las 5 de la mañana del 17 de febrero de 1868, practicaba la descubierta de costumbre yendo en persona al centro de la 5ª Compañía (al mando accidental del ayudante mayor Juan López) de la Legión 1ª de Voluntarios, apoyado por dos compañías del Regimiento de Caballería General Lavalle (Teniente Coronel Cañete).  Al llegar al palmar que está frente al mangrullo de la derecha de las posiciones argentinas, fue atacado violentamente por el enemigo: una fuerte emboscada de infantería que dejó avanzar la descubierta, y como ciento veinte hombres de caballería paraguaya por el flanco izquierdo.

En forma análoga, se producía por la derecha, una emboscada al piquete de reconocimiento de caballería de solo 20 hombres de caballería, al mando del Teniente Coronel Manuel Falcón que recibió graves heridas.  Una compañía del Batallón 1º de Corrientes, que al mando del teniente Indalecio Gallardo avanzó resuelta e imprudentemente en su apoyo, recibió un ataque sorpresivo de lanceros paraguayos que le produjeron muchas bajas.

Por orden del general Gelly y Obes, marcharon en apoyo de ambas fuerzas de reconocimiento, el sargento mayor Adolfo Morel, a la sazón, segundo jefe de la Legión Voluntarios con tres compañías del batallón; y el sargento mayor Próspero Norri al frente del Batallón Libertad de Catamarca, y lograron salvar a los soldados que se batían desesperadamente, cuando ya habían sido muerto Giribone, y el ayudante López de la Legión, y el subteniente Benítez de la compañía correntina, y malherido el comandante Falcón.

José Pipo Giribone, murió peleando con denuedo, matando con su espada a varios atacantes, cribado de heridas - se contaron dieciocho lo que demuestra como resistió a sus enemigos antes de entregar su vida - “recibidas todas de frente”, relata Caronti biógrafo de los legionarios italianos:

Cayó muerto sin soltar su espada, que un oficial paraguayo, bajándose del caballo se la tomó, como asimismo el quepí, pero al montar nuevamente para alejarse con sus trofeos de guerra, fue herido de dos balazos por el sargento Arrieta y el cabo Rivadeo, de su misma legión, alejándose, no obstante, el oficial enemigo llevando una pierna fracturada y echando bocanadas de sangre. Pero esta espada, reliquia gloriosa de un héroe, no debía quedar en poder del enemigo; algún tiempo después, en otros combates efectuados frente a Tuyú.Cué, en los que se arrolló al enemigo, esta espada le fue quitada a un oficial paraguayo y hoy se encuentra en poder del señor Juan Carlos Giribone, hijo del héroe, a quien le fue remitida, como recuerdo, por el señor teniente general Juan Andrés Gelly y Obes, en aquel tiempo comandante en jefe del Ejército argentino en el Paraguay. [7]


El retrato del Ayudante Mayor Juan López de la Legión Voluntarios, muerto en el combate del 17 de febrero de 1868, junto al Teniente Coronel Giribone, constituye un excepcional registro gráfico. En el año 1986, junto con el amigo Mario Chaves, apreciamos una fotografía similar del cuerpo sin vida de Giribone que se exhibía en una vitrina con objetos que pertenecieron a él.   Al dorso de la carte de visite que presentamos, no se menciona la identidad del difunto. Solo constan anotaciones manuscritas, algunas del Doctor Estanislao Zeballos, que mencionan: “Murió defendiendo á su Comandante [el Tte. Cnel. Giribone] el 17 de Feb.ro de /68”.   Otros apuntes señalan “Su asistente”, y el lugar de su muerte: “en Tuyú.Cué”. (Complejo Museográfico “Enrique Udaondo”, Luján, Nº 6036/I.S. Nº 772/73, cortesía Ing. Carlos Vertanessian).

De los distintos partes elevados, el coronel Gordillo, jefe del Estado Mayor del 1er Cuerpo de Ejército, sumaba entre los muertos a un jefe (Giribone), dos oficiales (López de la Legión Voluntarios, y Benítez de la compañía del Batallón 1º de Corrientes), y 50 individuos de tropa de ambos cuerpos; y entre los heridos, un jefe (Falcón, del estado mayor) y 13 de tropa, contándose además dos dispersos de tropa.  

Solo la compañía correntina tuvo un total de 24 muertos y tres heridos graves. El resto de las bajas, correspondía a la Legión Voluntarios.

El coronel del regimiento “Córdoba”, don Agustín Olmedo, luego de aportar sucintos pero interesantes datos en sus cuadernos de campaña que ayudan al conocimiento que tenemos de aquel hecho de armas, concluye: “¡Este es el resultado de las malas disposiciones!”.   

Luego informa que un día después de este aciago acontecimiento, se realizó una misa dedicada al “comandante Pipo en el campo de su batallón”.  Asistieron a la misma, el general Emilio Mitre, jefe del Estado Mayor, siendo acompañado por algunos jefes y oficiales, entre ellos Olmedo.[8]

Desde el campamento de Tuyu Cué, el General Gelly Obes escribía el 19 de febrero de 1868 a su esposa Estanislada Álvarez (a) “Talala”, una extensa nota en la que daba noticias sobre el combate en el que perdiera la vida Giribone. Por su carácter íntimo y sin censura, es un importante complemento a la nota oficial que envió un día antes al ministro de guerra General Wenceslao Paunero[9]:

 

 […]  Lo conseguido hoi no me quita aun la punta que me hizo tomar el 17 el desgraciado Com.te Pipo Gefe de un Batallon de Estranjeros quien, estando de Gefe de Linea Vanguardia cometio la imprudencia de salir en persona á la descubierta cometiendo en eso una falta y llevando solo 80 infantes y 90 hombres de caballeria.

Al entrar á una pequeña Isleta de monte, recibio una descarga de una emboscada que alli habia la que cargo y como hta hacerla pasar un Estero inmediato á trinchera (zanja) de vanguardia donde hizo alto poniendose a cambiar balas -

En ese momento llegue yo á la Linea no siendo aun bien claro y viendo aquel desbarajuste, le mande orden para que en el momento reuniera su fuerza y se retirase á la Isleta de monte, cuya orden recibio y que no cumplio porque ya estaba decretado que se habia de perder él y la mitad de sus infantes, no cayendo la caballeria, porque la habia mandado tambien cometiendo una reclutada, fuera del lugar donde le protejia el resultado fue, que cuando menos lo penso se vio atacado por un Escuadron de caballeria que los aprovecho por hallar á los infantes desplegados en cazadores -Por fortuna yo estaba allí donde podía remediar algo lo que asi se hizo saliendo un batallón y el resto de otro en protección y á sus fuegos debieron la vida los que salvaron –

Mientras esto pasaba por el frente, por la derecha tenia lugar otra emboscada sobre nuestras fuerzas también la que, habría sido burlada en sus efectos á no ser, otra brutal imprudencia de un Ten. correntino que sin orden de nadie y de su cuenta y riesgo, se lanzo gran distancia con 37 infantes en protección de 20 correntinos de caballería que no corrían peligro ninguno.

En el primer embion fue feliz corriendo y persiguiendo á 50 infantes Paraguayos llegando su temeridad hta pasar un Estero — Cuando quiso retirarse é incorporarse á su pequeña reserva unos y otros fueron cargados por un Escuadrón de Caballería y aunque pelearon y mataron quedaron fuera de combate 29 hombres —

Resumen en perdida en los dos lances, 70 hombres incluso Pipo—

El enemigo no la llevo pelada pues solo muertos en nuestro poder quedaron 28 y en los Esteros se ven mas cadáveres que no se sacaron porque el enemigo los defendía desde su trinchera viéndose además, rastros de muchos cuerpos que han arrastrado en su retirada —  Sino han perdido mas, no será menos que la nuestra. Todo fue obra de un relámpago (10 minutos 6 poco mas) habiendo recibido mucho fuego y de cerca – […][10]

 

Expedición al Chaco. Segundo contraste de armas de la Legión del 2 de mayo de 1868 en Iuasyy.

Tras la muerte de Giribone, asumió como comandante de la Legión Voluntarios el   Teniente Coronel Maximino Matoso y como segundo jefe, el Mayor Domingo Casalla, italiano. Al mando de estos jefes, el batallón forma parte de una columna expedicionaria formada por tropas argentinas y brasileñas para actuar contra los paraguayos en el Chaco. La columna argentina - 3.500 hombres al mando del General Ignacio Rivas – fue integrada el 30 de abril de 1868 por las siguientes unidades: Batallones 1º, 3º y 5º de Infantería de Línea; 1ª Legión Voluntarios y batallón Rioja y Catamarca.  Apoyaba a esta infantería, una batería de 4 cañones con 50 artilleros y 50 hombres del Escuadrón “Blandengues” [sic] según relato del General Cerri.[11] 

La columna brasileña – según los apéndices de la obra de Louis Schneider - estaba formada por las siguientes unidades: contingente del Batallón de Engenheiros, una batería de 4 cañones de a 4, batallones de línea 1º, 3º, 7º, 8º y 16º. 

El 11 de mayo de 1868, el General Bartolomé Mitre desde Buenos Aires, escribe a Gelly y Obes sobre el tema:

Lo felicito cordialmente por los felices acontecimientos que, en efecto, aseguran la sucesión de otros análogos o mejores, entre los cuales se puede contar la pronta rendición de Humaitá.

Pero como las cosas nunca son completas, la vergonzosa conducta de la legión de Voluntarios viene a arrojar una sombra al brillante triunfo del 3, obscureciendo la gloria que debía caberles a las tropas argentinas. Por suerte llevaba este cuerpo el nombre de Legión, lo que no nos hace tan solidarios de su conducta, en las dos veces en que se ha cubierto de oprobio; y por mayor suerte aún, deja de figurar su nombre en el estado de las tropas argentinas. Apruebo plenamente su conducta a este respecto, y a nadie se le ha de ocurrir siquiera llamarlo arbitrario por ella, como usted lo supone.

 Me hago cargo de lo que usted debe haber sufrido cuando se le presentaron los primeros dispersos….[12] 

El 13 de mayo, el General Mitre remite desde Buenos Aires, una nueva nota dirigida a Gelly Obes en la que insistía nuevamente sobre el tema “Legión Voluntarios”: 

Como le decía en mi anterior, apruebo lo que ha hecho con la Legión Voluntarios, debiendo agregarle ahora que á su “orden del día” sobre el particular, le ha faltado mandar levantar un sumario sobre la conducta del jefe y oficiales, para pasarlos á disposición del Gobierno. En cuanto á los oficiales, cuyo envío me comunica, los daré de baja tan luego como lleguen, si es que usted no los manda con clasificaciones especiales. [13]

 

Disolución de la Legión Voluntarios y juicio a sus jefes y oficiales

En la prensa periódica de Buenos Aires y en la correspondencia de la época se trató mucho del aciago combate que a la postre le costó a la Legión 1ª Voluntarios su disolución. Numerosos sueltos de periódicos montevideanos también se hicieron eco de esta derrota de las armas aliadas y de las graves derivaciones que le sucedieron.  El 6 de mayo escribía Gelly y Obes a su esposa Estanislada Alvarez: 

La noche del dia 2 ha sido para mi una delas mas crueles de la vida—

A las 5 dela tarde oi un vivo pero muy corto fuego de fusileria por la parte en que suponia á nuestras fuerzas — Algo me inquietó mas, no siguiendo el fuego volvi á mi resignacio[n] de esperar — Me hallaba en el Pavon sobre la costa del Chaco—

No se habia aun puesto el Sol cuando empesaron a llegar dispersos del infortunado Batallon lº de Voluntarios diciendo, que todo había sido concluido por los Paraguayos despues de haber obtenido un triunfo sobre los mismos tomandoles dos piezas de artilleria y que por imprudencia atolondrada del Gefe, volvio á perder y se hizo derrotar —

Esto me puso en espinas aumentandose la ansiedad porque no me llegaba aviso ninguno de Rivas y si, mas dispersos juntando hta 50 — Asi lo pase sin dejar por eso de tomar algunas medidas poniendome en todos los casos, hta las dies de la mañana del 3 en que supe que reparado el golpe por solo dos compañias del Batallon 3, todo seguia bien é iba adelante la espedicion —   […]

“De mañana á pasado estara aqui la 1.ª Legion de Voluntarios que he mandado venir sostituyendola [sic] por otro Cuerpo (el 1º de Linea)  En cuanto llegue, la disuelvo y sus Gefes y Oficiales van á esa – Dos actos seguidos de cobardía y de vergüenza p.ª las Armas Argentinas, no seran mas repetidas por este Cuerpo de Italianos – ”

Este otro acto de mi responsabilidad, sera motivo p.ª que los dela Tribuna y Nacional pongan el grito en el Cielo – Con su pan se lo coman. [14] 

Hemos visto que los generales Mitre y Gelly Obes, intercambiaron duras críticas sobre la derrota de la Legión Voluntarios en el Chaco el 2 de mayo de 1868.  El 8 de mayo le escribe el general Gelly y Obes al general Mitre:

Para completar la reputación de arbitrario que debo al señor Mansilla (el corresponsal Tourlourou que en sus crónicas ponía en solfa al general argentino); y los que le pertenecen, pienso disolver la Legión 1ª de Voluntarios en todos los cuerpos de línea mandando a esa a toda la plana mayor y sus oficiales. Dos hechos repetidos de cobardía que nos han cubierto de vergüenza, especialmente el último, merecen un ejemplar castigo y desde ya le pido su aprobación si es que debe dárseme. [15]

Asimismo, en la prensa de la época fue transcripta la orden general del comandante del Ejército de Operaciones argentino. Fechada en Paso Pucú, el 3 de mayo de 1868, llevando la rúbrica del General Juan A. Gelly y Obes y por la misma, se disolvía la Legión Giribone, cuyos considerandos – como se verá a continuación - fueron de una dureza extrema:

1º Que un batallon de los que componen este ejército ha dado la espalda al enemigo, huyendo cobardemente ante un número inferior al suyo, en circunstancias en que se le habia confiado la honrosa mision de aclarar la via que debia seguir el ejército en operaciones sobre el Chaco.

2º  Que es la segunda vez que la Legión Voluntarios se cubre de ignominiosa  vergüenza, habiendo dejado matar la primera vez al gefe que la mandaba.

3º  Que este cuerpo, sin amor á su bandera, sin aspiraciones á la gloria militar y sin la conciencia del deber, ha puesto en peligro el 2 del corriente el éscito de las operaciones que en el Chaco se desenvuelben.

4º Que no tan solamente dió la espalda ignominiosamente ante un grupo insignificante de paraguayos, sino que abandonó tambien su bandera, prefiriendo el digno oficial encargado de su sagrado depósito, sepultarse en las aguas del Paraguay, á caer con ella en manos del enemigo.

5º Que un cuerpo que cuenta hechos indignos en su historia militar, no puede hacer parte del ejército argentino, cuyas virtudes son notorias, y el cual jamás ha dejado empañar el brillo de sus siempre victoriosas armas.” 

Por todas estas consideraciones, en uso de mis facultades de general en gefe interino del ejército, y como justo castigo de tan indigna conducta, he resuelto:

Art. 1º  Que el batallón 1º legión voluntarios deje de figurar como cuerpo perteneciente al ejercito de línea de la República, del que inmerecidamente ha formado parte hasta ahora.

Art. 2º  Que su personal de tropa sea distribuido entre todos los batallones de línea del ejército, y su plana mayor y oficiales remitidos á la disposición del gobierno.

Art. 2º [sic] Comuníquese por secretaría lo resuelto al Supremo Gobierno Nacional, pidiendo su aprobación; y publicado en la órden general del ejército, archívese.

                                                                                                           Gelly y Obes” [16]

En su obra “Biografías argentinas y sudamericanas”, el Capitán de Fragata Jacinto R. Yaben, publica semblanzas de varios integrantes del batallón, protagonistas en aquella acción de guerra que provocó su disolución, y que fueron a Buenos Aires donde se les formó un consejo de guerra.  Sobre el futuro coronel Maximino Matoso, antiguo comandante del Batallón “Libertad” de Catamarca, y luego de una brigada del 2º Cuerpo de Ejército, indica que era Teniente Coronel efectivo desde el 29 de febrero de 1868, jefe interino del Batallón Legión Voluntarios tras la muerte de Giribone. Al frente de la Legión se encontró en la sorpresa y dispersión sufrida el 2 de mayo de 1868. Por su actitud en aquella oportunidad, se le formó un consejo de guerra y por tal motivo, bajó a Buenos Aires no volviendo al teatro de operaciones.[17]

Otro actor en este infausto suceso de armas lo fue el futuro general Patricio Azcurra. Subteniente desde el 31 de mayo de 1867, pasó a prestar servicios en la Legión 1ª de Voluntarios participando en el rechazo de los paraguayos del día 3 de noviembre de 1867 en Tuyutí.  Posteriormente, actuó en la acción del 17 de febrero de 1868 donde murió en combate el teniente coronel Giribone; y luego de los combates de los días 2 y 5 de mayo de 1868 en el Chaco, marchó a Buenos Aires en calidad de arrestado - desde el 15 de mayo de aquel mismo año - siendo absuelto posteriormente. [18]

Las memorias del general Cerri y los cuadernos de campaña del coronel Olmedo: dos visiones contrapuestas.

Escasa es la historiografía al referirse al episodio de la derrota y posterior disolución de la Legión Voluntarios que al mando de Giribone, se destacó en numerosas oportunidades durante el desarrollo de la guerra contra Paraguay.  La misma muerte de Giribone fue descripta con singular irreverencia en cartas cursadas entre los mandos del Ejército Argentino, imputándole toda la culpa del fracaso, abundando sobre los errores que motivaron la derrota que sufrieron las fuerzas de su mando.

El General de Brigada Daniel Cerri en sus memorias, aborda con énfasis, pero con ponderado juicio sobre esta grave debacle, anotando como sucedieron los hechos. Desde el momento en que, a petición de Matoso, jefe de la Legión, este tomaría el servicio que correspondía al 3º de Línea – precisamente el cuerpo donde servía Cerri – que era descubrir el terreno hacia el Timbó, y comprobar si se había operado el desembarco de fuerzas brasileñas aliadas, acompañado de un baqueano de nombre Etchebarne, “con una guerrilla al frente, rumbo hacia el Timbó.”[19]  

En resumen, esto es lo que relata Cerri:  a tres kilómetros separado de las fuerzas al mando del general Rivas, se topan con 50 paraguayos que intentaban sacar dos piezas de cañón.  Vencidos estos, se entera que pertenecían a una columna que marchaba al Timbó.  Señala Cerri que el batallón confiado en que ya no había enemigos por haber desembarcado la columna brasileña, continúa la marcha, “Nada llama la atención – señala Cerri.   Adelante: arrollar, con esa confianza que se adquiere después de un fácil triunfo.”[20]    Otra bifurcación del camino, se deja pasar indiferentemente, adelantando siempre el cuerpo hasta que es detenido por el bombardeo que la escuadra brasileña somete a la zona que descubre el batallón.  Y es entonces, que Matoso desprende a la banda de música y a la bandera para que marchen a la costa del río para hacer notar a los buques brasileños de la presencia de fuerzas aliadas, y da descanso a su batallón esperando el regreso de la banda.  Como militar que es, Cerri se pregunta: “¿Y los caminos bifurcados en los bosques tan peligrosos? Y los flancos y retaguardia? No se tienen presentes en estos momentos subyugados por el ardor del avance en una marcha triunfal y temeraria.”[21]

Y es en esta situación inconcebible, en fuerzas de línea que practican reconocimiento en zona boscosa ocupada por el enemigo, es que se produce un vivo fuego de fusilería paraguaya que “envuelve al batallón por flancos y retaguardia, diezmando sus filas.”  [22]  Matoso da orden de “firme y frente”, que es obedecida en el primer instante, pero el pánico cunde y las filas se rompen y se dispersan, desapareciendo la obediencia.   Y luego, comienza Cerri a proclamar principios de la guerra:  la responsabilidad del jefe en el triunfo o en la derrota; la temeridad como peor condición que puede tener un militar; reconocimiento de bosques desconocidos, es siempre operación difícil y peligrosa.   Y el memorialista, viejo soldado italiano al igual que la mayoría de aquellos que formaban en la Legión Voluntarios, enumera recursos que podrían haber evitado aquella derrota:   pequeñas guerrillas al frente y flancos; reservas con arreglo a la fuerza que lleva, y el grueso a distancia de 500 metros; no avanzar hasta recibir noticias de las guerrillas avanzadas; mucha desconfianza en las bifurcaciones de los caminos…    Y finalmente, ante una situación de desbande, el oficial al mando debe apelar “revólver en mano” a matar “sin trepidaciones, al pusilánime que aumente el desorden, y restablezca con su entereza la confianza y el valor perdidos en un fatal momento.”[23]

La escuadra brasileña envió botes en socorro de los fugitivos y de la banda de música que esperaba en la ribera del río, y esta se precipitó ocupando los botes para salvarse.  “En este atropello, uno de ellos dióse vuelta, ahogándose el abanderado que iba en él; y la bandera sola flotando sobre las aguas e impulsada por la corriente salvóse de caer en poder del enemigo; siendo recogida á bordo de un buque de la escuadra brasilera.” [24]

Olmedo – cuyo cuerpo no fue de los expedicionarios del Chaco - hace un análisis despiadado de la derrota de la Legión.  Quizás animado por las rivalidades existentes entre los cuerpos de línea y los de guardias nacionales, así como por la animosidad de las tropas nacionales hacia los enganchados extranjeros. Resalta uno de los errores acumulados por los legionarios en su avance inicial, al vencer a una pequeña fuerza paraguaya a la que le tomaron dos cañones. Esto motivó que “el jefe de la legión hizo desplegar bandera y hacer tocar la banda de música, a la par de algunos vivas, y quien sabe qué más”:

Acto continuo los paraguayos volvieron sobre ellos con poca fuerza, según me lo han explicado, siendo la caballería desmontada la que trajo la carga, y la legión, vergonzosamente fue hecha pedazos. Es decir, el enemigo no hizo más que presentarse y la legión desorganizarse. Viendo esto el enemigo, trajo su carga con más fuerza, sin necesidad de hacer un tiro, pues los nuestros ya no hacían, por tratar de salvarse cada uno como pudiese.

            Hay que tener presente que siempre hemos creído que a este cuerpo le sucedería esto, por la gente de que se compone, que son extranjeros, hombres de aquellos que permiten que los hagan pedazos a hachazos, antes de cumplir órdenes de su superior. También porque está probado que el soldado extranjero, si es bueno en su país, es inservible en nuestras filas.  Esto está probado en cada hecho de armas en que han tomado parte. ¡Sin embargo, la bandera argentina, está representada en los más cuerpos de línea por extranjeros!  Bachichas animales, y flojos, como dicen nuestros soldados.[25]

Olmedo detalla que los legionarios – como corroboraría personalmente, al ver los cuerpos de los caídos más adelante – fueron muertos degollados, o a sablazos y lanzazos por la caballería, todos exterminados con arma blanca, por no haberse encontrado heridos de bala, “ni mucho menos un soldado paraguayo muerto por la legión.”   Al aparecer en la tarde Matoso, jefe de la Legión, acompañado de un teniente y un soldado, todos en el campamento tenían la creencia de que habían concluido al resto del batallón... 

¿Acaso no corrieron parecida suerte el batallón oriental Voluntarios de la Libertad que perdió su jefe, la mayoría de sus oficiales y tropa y hasta su propia bandera?  Por esta razón, fue disuelto y refundido en el Independencia, otro cuerpo uruguayo.   

Otro fue el caso del batallón de infantería nº 10 del ejército al mando del mariscal López, por haber abandonado sus posiciones, dando la espalda a la fuerza brasileña atacante en Curuzú. Uno de los cuerpos más antiguos y con señalados servicios en la campaña de Mato Grosso, el cual sufrió una draconiana represalia por parte del general José E. Díaz, siendo diezmado y disuelto, y su número ordinal no volvió a aparecer en la nomenclatura de las unidades del ejército paraguayo. 

Análogo final tuvo el 5º Batalhão de Infantaría del ejército brasileño, apodado posteriormente en sorna “o corredor”, el cual fue disuelto por el Marqués de Caxías el 28 de septiembre de 1868 y preso su jefe, apenas un “major em comissão” por su mala actuación en el combate de Surubi-í.  

Respecto al episodio guerrero que propicio la drástica decisión del mando argentino de disolver a la Legión Voluntarios, valga el testimonio del general Daniel Cerri: “Recuerdo con verdadera pena este trágico suceso, pero también pienso que al ejército argentino le sobran glorias para eclipsarlo”.

 

Apéndices documentales

 

Apéndice I

Listas de Revista de la Legión 1ª de Voluntarios 

Fuente:  Ejército argentino en Operaciones contra el Paraguay  – 1er Cuerpo de Ejército – Batallón 1º Legión Voluntarios - Archivo del Estado Mayor del Ejército (Ejército Nacional, República Oriental del Uruguay, Sección Listas de Revista,  Legajo 73 Carpeta 5, año 1865

Estas listas de revista se conservaban en el Archivo del Estado Mayor del Ejército uruguayo y tuve acceso a ellas hace más de dos décadas atrás, cuando frecuentaba aquel archivo en búsqueda de material documental relacionado con la Guerra del Paraguay.  Fueron remitidas por el ejército argentino a Uruguay, con motivo de la concesión de la medalla uruguaya por la batalla del Yatay a los veteranos argentinos que participaron en la misma.  A continuación, hago un extracto de las que correspondían a la columna Expedicionaria del Uruguay que concurrió a Yatay y luego a Uruguayana.  Todas las listas - coincidentes entre sí - están fechadas en Paso de los Libres el 1º de setiembre de 1865 o Uruguayana el 22 de setiembre de 1865:

Plana Mayor  Sargento Mayor Comandante José Pipo Giribone, Capitán encargado de la Mayoría Eugenio de Rousseau, Ayudante Mayor 1º Virgilio Ferrari, Ayudante Mayor 2º Felix Pertucio, Subteniente de Bandera Leonardo Brown, 1 Sargento Brigada, 1 Tambor Mayor, 3 Sargentos 1ros, 1 Sargento 1º Distinguido, 1 Sargento 1º Trompa, 1 Sargento 1º;

1ª Compañía Capitán Guerrino Greni, Tte 1º Lorenzo Raimondi, Tte 2º Luis Sauvent, Subteniente Luis Casanova.   Tropa:  1 Sgto 1º, 3 Sgto 2º, 1 Sgto 2 Tambor, 4 Cabo 1º, 1 Cabo 1º Trompa, 4 Cabo 2º, 1 Tambor, 38 soldados;

2ª Compañía  Teniente 1º Eugenio Logliozo, Teniente 2º Salvador Levy .  Tropa: 1 Sgto 1º, 3 Sgto 2º, 1 Sgto 2º Tambor, 5 Cabo 1º,  3 Cabo 2º, 1 Tambor, 37 soldados;

3ª Compañía  Capitán Cayetano Cava, Tte 2º Sebastián San Roman, Subteniente Guillermo Vespa.   Tropa: 1 Sgto 1º, 4 Sgto 2º, 1 Sgto 2º Tambor, 5 Cabo 1º, 1 Cabo 1º Tambor, 4 Cabo 2º, 1 Trompa, 37 soldados;

4ª Compañía  Capitán Domingo Casalla, Tte 1º Ernesto Blangi y Subteniente Juan López.   Tropa: 1 Sgto 1º, 4 Sgto 2º, 5 Cabo 1º,  4 Cabo 2º, 1 Trompa, 37 soldados;

5ª Compañía  Teniente 1º Santiago Rocca y Subteniente Rafael de la Plaza.  Tropa: 1 Sgto 1º, 4 Sgto 2º, 5 Cabo 1º,  4 Cabo 2º, 2 Trompas, 28 soldados.

Nota del autor: El personal de la banda de música revistaba en la Plana Mayor del batallón de infantería argentino. Ignoro cuales fueron los cambios de organización registrados durante la guerra. En el combate librado el 17 de febrero de 1868, donde muriera Giribone, el cuerpo aún contaba con cinco compañías.


Apéndice II

[Parte oficial del General Gelly y Obes elevado al Ministro de Guerra y Marina, Brigadier General Wenceslao Paunero del combate del 17 de febrero de 1868.  Memoria del Ministerio de Guerra y Marina, 1868, pp. 44-47]

Campamento en Tuyú-Cué, Febrero 18 de 1868. - A S. E. el Sr. ministro de Guerra y Marina, Brigadier General D. Wenceslao Paunero.

Tengo el honor de elevar á V. E. para que se sirva trasmitirlo á S. E. el Sr. Presidente de la Republica y General en Gefe del Ejército Aliado, el parte y demas anexos que ha pasado el Sargento Mayor, Teniente Coronel Graduado, D. Maximino Matoso, Gefe de la línea de Vanguardia, en el día de ayer, dando cuenta de los combates que tuvieron lugar en dos puntos fuera de la línea de Vanguardia al efectuarse el servicio de descubierta.

Al hacerse esta al frente y flanco derecho de la línea de Vanguardia que cubren las fuerzas Argentinas, el enemigo tenia colocadas tres pequeñas emboscadas de infanteria en un pequeño monte de Yatayses y entre los pajales [sic] [pajonales] que se hallan en la costa del Estero ó bañado que pasa por el frente de nuestra línea interior, y divide la de Vanguardia.- Estas emboscadas estaban protegidas por grupos de caballería visibles y por un Escuadron de la misma arma como de cien hombres ocultos á nuestra estrema izquierda, y por dos piezas volantes y dos coheteras establecidas en su línea de Vanguardia.

El comandante D. José Girobone,[sic] [Giribone] Gefe de la línea, salió en persona á la descubierta sin ser aún de día, con una compañía de infantería de ochenta hombres, noventa hombres de caballería del Regimiento “General Lavalle”, á las órdenes del Teniente Coronel D. Cruz Cañete, y yendo á más veinte hombres por la parte derecha del Estero ó bañado, al mando del comandante D. Manuel Falcon.

En este órden emprendió la marcha sobre los puntos donde diariamente, se hace la descubierta, y al entrar en la Isleta del monte citado, los infantes enemigos que allí estaban le hicieron una descarga, la que fué contestada, cargándolos y huyendo el enemigo hasta pasar un Estero que también pasa por el frente de su línea de Vanguardia en donde hicieron alto, trabándose un escopeteo general en toda la línea desde ese punto hasta la estrema derecha frente al Paso de Espinillo.

En esos momentos el Comandante D. Manuel Falcon, que con los veinte  hombres de caballería ya espresados se hallaba en la estremidad de la derecha, fué atacado por una emboscada de cincuenta infantes, la que solo consiguió herir á este Gefe, no obstando esto para que la retirada de nuestra fuerza se hiciese en orden y defendiendo el terreno.

Visto esto por el comandante Giribone, hizo pasar el estero que tenia á su derecha á la caballeria que se hallaba á sus ordenes en. protección del Comandante Falcon, lo que tuvo lugar, no con los noventa hombres según se lo ordenó, sinó con sesenta, habiendo quedado el Comandante Cañete con treinta, para no desamparar completamente nuestra izquierda del apoyo de esta arma si era necesario, encontrándose los dichos sesenta hombres del comandante Cañete y una pequeña compañía del Batallon Correntino que sin orden se había lanzado su Comandante á gran distancia para protejer la caballería, con la tercer emboscada, que rompía sus fuegos, cargando al mismo tiempo como cien hombres de caballería, no pudiendo con ese motivo los infantes reunirse, lo que ocasionó fuesen muertos ó heridos en su mayor parte.

Simultáneamente con este hecho los cien hombres ocultos á nuestra izquierda se lanzaron sobre la fuerza del Comandante Giribone, logrando entrar por el flanco y la espalda, cuando este Gefe, impremeditadamente, aun no había organizado su fuerza á  pesar de habérselo yo ordenado por medio de mi Ayudante el Sargento Mayor D. Nicanor Ramos Mejía, desde mi aparicion en la Vanguardia, que fué poco después del primer choque, dando por resultado trabarse un combate individual en que siempre es ventajoso para la arma de caballeria.-  Este sangriento conflicto fué instantáneo, porque en presencia de lo que pasaba se había hecho salir el resto del Batallon 1.º de Voluntarios, del mando del referido Gefe Giribone, y el Catamarca, á las ordenes de su Gefe Comandante D. Maximino Matoso.

Estas fuerzas, que llegaron oportunamente, rompieron el fuego sobre el grupo que combatía, y por el cual el enemigo abandonó el campo, cruzando el estero de la derecha para incorporarse á la fuerza que ya habia logrado su emboscada sobre los  Correntinos, emprendiendo entonces la retirada no sin dejar de ser muy perseguida hasta pasar el Estero.

El resultado de todo lo que queda referido ha sido: tener el Ejército Argentino la muy lamentable pérdida del digno comandante don José Giribone, un Ayudante y un Alférez muertos: herido, el comandante D. Manuel Falcon: de tropa cuarenta y nueve muertos, 14 heridos y tres dispersos. El enemigo por su parte no habrá dejado de tener, cuando menos, igual perdida, pues solo muertos, que se han podido sacar del estero, son veinte y ocho, entre estos un oficial, viéndose mas cadáveres que no se han sacado por que el enemigo defiende desde su zanja el Estero con empeño, encontrándose tambien en el mismo estero muchos rastros de algo pesado que han arrastrado, lo que no puede ser otra cosa que cadáveres.

Siendo todo cuanto ha ocurrido.

Dios guarde á V. E. -  

Juan A. Gelly y Obes.

 

 

Febrero 28 de 1868.

            Acúsese recibo diciendo que el Gobierno deplora la sentida pérdida del digno Comandante Dn. José Giribone, los dos oficiales é individuos de tropa de que instruye su nota, así como los heridos que han resultado muy particularmente el Teniente Coronel D. Manuel Falcon, siendolo satisfactorio el denuedo y bizarría con que combatieron nuestros soldados no obstante el mayor número de las fuerzas enemigas como lo acredita los muertos que ha dejado aquel en el Estero.

                                                                                   MITRE

W. Paunero.

 

Apéndice III 

Los uniformes de la Legión Voluntarios y el arte de Cándido López

Según datos compulsados por Mario Chaves en Buenos Aires y otros obtenidos en pesquisas personales por el autor, los uniformes que vistió la “Legión Pipo” eran iguales en diseño al del resto de la infantería de línea argentina.   Confeccionados en Francia siguiendo el modelo de los chasseurs à pied, por instrucciones del comisario de guerra Santiago Albarracin, según contrato arreglado por el ministro Mariano Balcarce en Paris, consistían en las siguientes prendas de vestuario: chaquetilla de paño azul oscuro con vivos y vueltas de color verde, corbatín de cuero, camisa de lienzo blanco, charreteras de lana verde, botones de cobre con el escudo nacional, bombacha de paño gris azulada o pantalón largo de ese color, con franja verde, capote modelo francés de paño gris, kepí de paño punzó con faja o aro verde, vivos blancos y las letras “L.V.” en género amarillo, polainas de hilo blanco y de cuero, pantorrilleras o güeltras de cuero, y zapato de cuero negro claveteado.

En el año 1865, Giribone solicitaba el siguiente vestuario para vestir a su batallón que viajaba al teatro de operaciones: 300 chaquetas de paño, y las mismas cantidades de kepís punzó, bombachas de paño del país, pares de polaina de cuero, pares de polaina blancas.[26] 

Pero además del kepí que lo diferenciaba de los demás cuerpos, ¿qué otras peculiaridades distinguía a estos legionarios por su vestimenta en el ejército argentino?   Vimos al inicio, como el Conde D’Eu, un príncipe francés de la casa de Orleans, pondera a los batallones Legión Militar y Legión Voluntarios.  Les llama los más brillantes de las tropas que le rinden honores al Emperador Pedro II el 15 de setiembre de 1865, al verlos en formación, en los prolegómenos de la rendición de Uruguayana, totalmente uniformados a la francesa.  

Una fuente de inestimable valor además de las sorprendentes telas de Cándido López, son los propios apuntes del artista, contenidos en sus cuadernos de bocetos que hoy se conservan en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires.  Otra, lo publicado en el catálogo descriptivo de sus cuadros, cuando se realizó la exposición de los mismos en el año 1887.   El primer cuadro donde este batallón es destacado por su uniforme único en el ejército, es cuando fuerzas del primer cuerpo – organizado en el pequeño pueblo correntino de Esquina - al mando del general Paunero procuran en sus marchas incorporarse a las fuerzas de vanguardia al mando del general Venancio Flores.   Se titula “Pasaje de Ayui por el Paso de Ayala, Agosto 13 de 1865.” Y el fragmento que menciona a la legión es el siguiente: “Por el costado derecho desfila en ese momento el 2° de infantería de línea, seguido del 1º de voluntarios, cuyo cuerpo es conocido á la distancia, por usar sus jefes y oficiales dormán punzó guarnecido de trencilla negra.”[27]

En el segundo cuadro de la muestra de 1887 (Batalla de Yatay, Agosto 17 de 1865), se describe así en su generalidad:  “Las tropas argentinas pelearon con su conocido traje, bien conservado, y casi no había jefe ni oficial que no se batiera con su rico guante de cabritilla color patito, blanco ó lila.”.  En el óleo exhibido en el Museo Histórico Nacional, se advierte que los oficiales usan dolmán punzó con trencilla negra en la espalda, y se nota al jefe con presilla en su dolmán, y galón dorado en el pantalón azul que lo diferencia de sus oficiales que usan franja verde.   La tropa con chaquetilla azul oscuro, con charreteras verdes, kepí punzó, y correaje blanco.

El cuadro que lleva el número 11 del catálogo descriptivo (Campamento en marcha, 16 de noviembre de 1865. Pasaje del Río Batel), apenas menciona fugazmente que en ese momento el 1º de línea, se encuentra preparado para efectuar el paso del Batel, a su costado izquierdo, “está el comandante Pipo Chiribone, [sic] al frente de su batallon.” [28]  La tela registra con impecable detalle a Giribone y sus oficiales a caballo o a pie, a la banda lisa y a los soldados que visten el uniforme de brin con pantorrilleras y polainas de cuero, y un fragmento de la misma lo elegimos para portada de este artículo.

Respecto a uno de los óleos que pertenece al Museo Nacional de Bellas Artes, al describir López la tela que presenta como el número 40 y que tituló “Marcha del ejército argentino a tomar posiciones para el ataque de Curupaity, el 22 de setiembre de 1866” (49,8 X 149,5 cm.), da interesantes datos sobre los uniformes del ejército argentino, que Cándido López conoció muy bien y que dejó plasmados en sus maravillosos óleos:

Las unidades del Ejército Argentino en aquella época no llevaban uniformes iguales todos los cuerpos: el 1º de Línea de Infantería y los batallones Legión Militar y 1ª y 2º de Voluntarios, usaban kepí color colorado y los demás batallones de Línea, azules.   […] Los oficiales de la Legión Militar y 1º, 2º y 6º de Línea y algunos de Guardias Nacionales usaban anchos pantalones de paño grana y los del 1º de Voluntarios dormán punzó guarnecido con trencillas negras. Los soldados de este cuerpo en vez de bombachas azules y polainas como llevaban los demás cuerpos de Línea usaban pantalones con franja verde. […]  [29]  

Cándido López nos brinda una sencilla pero inestimable descripción para recrear el uniforme de los oficiales de la Legión Voluntarios, que apoyan las fotografías contemporáneas y que llegan a nuestros días, gracias a la donación que hiciera Juan Carlos Giribone al museo de Luján: dormán o dolmán punzó, guarnecido con trencillas negras, kepí “colorado” o punzó, con las iniciales “L.V” en bronce dorado en la franja verde; chaquetilla o blusa azul oscuro, con vueltas verdes y vivos rojo mordoré; capote de paño gris o poncho; y en campaña, distinto tipo de indumentaria que imponen los usos y costumbres (pantalones y blusas de brin blanco, fundas para kepí, sombreros de paja, ponchos, botas de montar...).    


En nuestra acuarela, tratamos de representar algo de este vestuario.  De izquierda a derecha: un gastador de la Legión Voluntaria; un capitán con chaquetilla, terciado y arrollado su capote modelo francés; teniente coronel José Pipo Giribone en campaña; teniente 1º con dolmán punzó, peculiar de la Legión; cantinera que acompañó al batallón el día del embarque en Buenos Aires.  

El artículo se lo dedicamos a la memoria de nuestro amigo Mario Chaves, quien supo cómo ninguno, entender lo que fue la uniformidad del Ejército Argentino durante la Guerra contra el Paraguay.

 

 



[1] Archivo del General Juan Andrés Gelly y Obes. Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay en Revista de la Biblioteca Nacional, Tomo XXI, tercer trimestre de 1949, Nº 51, p. 493.

[2] Nota del autor:  Ascendido a ese grado desde el 9 de marzo de 1863

[3]   Conde D´Eu   “Viagem Militar ao Rio Grande do Sul”,  Serie 53, Brasiliana, Vol. 61, Biblioteca pedagógica brasileira, Companhia Editora Nacional - São Paulo – 1938, p. 17.

[4]  Ibídem, p. 165.  Nota del autor:  Respecto del Mayor Eugenio de Rousseaux de la Legión Voluntarios, lo único que hemos encontrado en relación a sus servicios en el ejército argentino, es que fue dado de baja el 28 de abril de 1868, sin más datos para aportar sobre este militar de origen francés. 

[5]De Marco, Miguel Ángel  “Semblanza del Teniente Coronel José Giribone”, en Rassegna Storica del Risorgimento, Roma, Istituto per la Storia del Rissorgimento Italiano, año LV, octubre-diciembre de 1968,  pp. 545-546.

[6] El historiador paraguayo Efraim Cardozo en su magnífica obra “Hace 100 años”, con datos extractados de El Semanario y Cabichuí, informa que el “señuelo” fue el Alférez Lorenzo Ortigoza con 10 hombres de infantería.   Participaron en la emboscada, un escuadrón del Regimiento de Dragones de la Escolta al mando del Capitán Eduardo Vera; un escuadrón del Regimiento 20 al mando del Capitán Luis Céspedes; y 60 infantes del Batallón 29, al mando del Capitán José Molinas. Cfr. Efraim CArdozo, “Hace 100 años”, Asunción, Emasa Ediciones, 1976, T VIII, p. 128.

[7] Caronti, Luis C. “Legiones Italianas. Breve noticia de sus servicios en el ejército argentino”, 1907,  p. 89.

[8] Olmedo, Cuadernos de Campaña, p. 85.

[9] Cfr. Apéndice documental II

[10] Archivo del General Juan Andrés Gelly y Obes. Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay en Revista de la Biblioteca Nacional, Tomo XXII,   pp. 356-357

[11]  Cerri, Daniel  “Campaña del Paraguay, 1892, p. 48

[12] Archivo del General Mitre, Tomo III, p. 219  Cardozo, Efraim  “Hace 100 años”, Tomo VIII, pp. 364-365

[13] Archivo del General Mitre, Tomo III, Guerra del Paraguay - Cartas del General Mitre al General Juan Andrés Gelly y Obes, Buenos Aires, Biblioteca de La Nación, 1911, p. 221.

[14] Archivo del General Juan Andrés Gelly y Obes, T XXII, pp. 456-458

[15] Cardozo, Efraim  “Hace 100 años”, Tomo VIII, p. 358

[16] Correspondencia de “Mefisto”de Buenos Aires del 13 de mayo de 1868. Transcribe Orden General del General Gelly Obes, Comandante en Gefe Interino del Ejército argentino, dada en el Campamento de Paso-Pucú, mayo 3 de 1868.  Diario “La Tribuna” [Montevideo] Nº 927, 15 de mayo de 1868

[17] Yaben, Jacinto R. “Biografías argentinas y sudamericanas”, Tomo III, 1939, pp. 699-700.

[18] Yaben, Jacinto R. “Biografías argentinas y sudamericanas”, Tomo I, 1938, p. 397.

[19] Cerri, op. cit.  p. 53.

[20] Idem, p. 54.

[21] Ibídem.

[22] Idem, p. 55.

[23] Idem, p. 56.

[24] Idem, p. 57.

[25] Olmedo, op. cit, p. 152.

[26] Archivo General de la Nación, Buenos Aires, Guerra del Paraguay, Cajón 12, Legajo 3750.

[27] Catálogo descriptivos, 1887, pp. 47-48.

[28]  Ibídem, p. 61.

[29] “Cándido López, Colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes,”, 1971, pp. 44-45.

 

Bibliografía y fuentes documentales

Alonso, José Luis y Peña, Juan Manuel, “Las legiones italianas en la República Argentina”, en Revista Superior de Guerra, número 552, abril-junio 2004, Buenos Aires, 2004.

Archivo del General Juan Andrés Gelly y Obes. Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay en Revista de la Biblioteca Nacional, Tomos XXI/XXII, Buenos Aires, Imprenta de la Biblioteca Nacional, 1951.

 “Campaña del Paraguay.  Toma de la Ciudad de Corrientes, 25 de Mayo de 1865. Movimientos y combates después de Curupaití. Expedición al Chaco en el sitio de Humaitá. 1º de Mayo de 1868”, por el General de Brigada Daniel Cerri dedicada a la Sociedad Protectora de los huérfanos de los militares, 12 de octubre de 1892, Buenos Aires, Tipografía “Del Pueblo”, 1892.

 “Cándido López, Colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes,” textos y catalogación por Marta Gil Solá y Marta Dujovne, editado por la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, 1971.

Caronti, Luis C. “Legiones Italianas. Breve noticia de sus servicios en el ejército argentino”, Buenos Aires, 1907.

“Catálogo descriptivo de la colección de cuadros históricos, representando batallas, campamentos y episodios de la Guerra del Paraguay por el pintor argentino Cándido López, exhibidos el año 1885, bajo la protección del Centro Industrial Argentino y Club de Gimnasia y Esgrima – Ofrecida al Honorable Congreso Argentino con un testimonio del general Bartolomé Mitre y varios artículos de la prensa.”  Buenos Aires, Imprenta y Litografía de Stiller y Laass, San Martín 160, 1887.

De Marco, Miguel Ángel  “Semblanza del Teniente Coronel José Giribone”, en Rassegna Storica del Risorgimento, Roma, Istituto per la Storia del Rissorgimento Italiano, año LV, octubre-diciembre de 1968,  pp. 536-547.

De Marco, Miguel Ángel “Soldado valiente y músico notable” en “Soldados y poetas. Historias que hicieron la Historia Argentina”, Buenos Aires, Emecé Editores,  2002, pp. 158-161.

Conde D’Eu  “Viagem Militar ao Rio Grande do Sul (Agosto a Novembro de 1865)”, Companhia Editora Nacional, São Paulo,  1936.

Gradenigo, Gaio  “Italianos. Entre Rosas y Mitre”, Buenos Aires, Ediciones Edilliba, Talleres Gráficos MP S S.R.L., 1987

Memoria presentada por el Ministro de Estado en el Departamento de Guerra y Marina al Congreso Nacional en 1868, Buenos Aires, Imprenta del “Plata”, Calle de Potosí Núm 198, 1868.  [Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires]

Olmedo, Agustín Ángel  “Guerra del Paraguay. Cuadernos de campaña (1867-1869)”, Academia Nacional de la Historia, Unión Académique Internationale, Buenos Aires, Editorial Dunken,  2008.

Tobler/Lopacher “Un Suizo en La Guerra del Paraguay”, Asunción, Editorial del Centenario, 1969.

“Incorporación de europeos al Ejército Argentino durante la Guerra contra el Paraguay” en Capítulo LV, “Reseña histórica y orgánica del Ejército argentino” (1862-1917), Círculo Militar, Tomo II, Volumen 635/636, Buenos Aires, 1972, pp. 109-114.

Yaben, Jacinto R,  Capitán de Fragata (R)  “Biografías argentinas y sudamericanas”, Tomo II, G-H-I-J-K-K-L-LL-M, Buenos Aires, Editorial Metrópolis, Talleres Gráficos de A. Contreras, 1939,  pp. 791-792.   




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Cómo vestían nuestros antepasados, los tupí-guaraníes, a la llegada de los españoles? La imagen que nos entregan los manuales y los monumentos recientes no parece ajustarse demasiado a la realidad. Más que de coronas y faldas emplumadas, los primeros cronistas nos hablan de la desnudez, de pintura corporal. Y excepcionalmente, nos hablan ya del tipoy.  De baules y Roperos, Milda Rivarola. Yobana Insua Rojas . Fotografía: Valeria Canata Ulrico Schmidel, fue un soldado en la conquista de 1534 y salió de allí en 1552, libre ya del servicio se fue a su patria Straunbingen en Babiera, donde escribió en alemán la historia de los hechos que había presenciado, dejó así el primer registro visual y narrativo de la vestimenta guaraní. A continuación grabados y extractos del libro:  Viaje al Río de la Plata (1534-1554) Ulrich Schmídel. Mitre, Bartolomé (ed.). LafoneQuevedo, Samuel Alejandro (trad.) Así navegamos desde ahí y llegamos en ocho días a un río que se llama Paraguay; éste e

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