La Legión 1a de Voluntarios: reseña histórica e iconográfica de un cuerpo argentino en la Guerra del Paraguay.
por Alberto del Pino Menck
Campamento en marcha, 16 de noviembre de 1865. Pasaje del Río Batel. Detalle del óleo de Cándido López, Museo Histórico Nacional, Buenos Aires. En primer plano, el batallón Legión 1ª de Voluntarios al mando del comandante José Pipo Giribone que se aprecia en la imagen a caballo al igual que el segundo Jefe y su ayudante. Se destacan los dolmanes y el kepí punzó que caracterizaba a los oficiales de este batallón de legionarios. La tropa, chaquetilla y bombacha de brin blanco, con gueltras o polainas de cuero, correaje y mochila, fusil de percusión y su kepí punzó que lo diferenciaba - al igual que los batallones 1º de Línea, Legión Militar y 2ª Legión Voluntarios - de los otros cuerpos de línea.
Introducción
Este batallón del
Ejército argentino, formado por enganchados extranjeros, predominantemente
italianos, tuvo una destacada actuación en los dos primeros años del conflicto
con Paraguay hasta que sobrevino su desafortunado final en 1868, año en que se
operó su disolución luego de dos contrastes frente al enemigo. El cuerpo tuvo su origen al disolverse la
denominada “Legión Voluntarios de
Comandante Giribone y oficiales y tropa
de la “Legión Voluntarios de
Luego de su inicial
asiento en Rosario, la Legión Voluntarios pasó a guarnecer el Azul. En continua
campaña contra los indios, formó parte de
Es en esta guarnición,
que el cuerpo fue movilizado al declararse la guerra al gobierno del Paraguay
por decreto del 9 de mayo de 1865, dando respuesta al ataque perpetrado en
abril de ese año a la Ciudad de Corrientes.
La Legión Voluntarios rumbo al teatro de operaciones y su incorporación al cuerpo de ejército del general Paunero.
En mayo de 1865, el ejército argentino contaba con
tres batallones que llevaban el título de “legión”, integrados por extranjeros
y al mando de tres veteranos de destacada trayectoria guerrera que comenzó en
filas de la Legión Italiana en el Sitio de Montevideo: la Legión Militar al
mando del Teniente Coronel Juan Bautista Charlone (Piamonte 1826-Curupaity
1866); la Legión de Voluntarios creada recientemente (20 de abril de 1865), para
la cual fue nombrado jefe el coronel graduado Antonio Susini (Cerdeña 1819-Génova
1914); y la Legión de Voluntarios al mando del teniente coronel José Giribone, de
la cual se ocupa esta reseña. El 13 de
mayo de 1865, un decreto daba denominación a las legiones de Voluntarios:
La Legión Voluntarios al mando del Sargento Mayor D.
José Pippo Giribone se denominará en adelante 1er. Batallón Legión Voluntarios.
La de la misma clase al mando del Coronel graduado D.
Antonio Susini, tomará la denominación de 2.º Batallón Legión Voluntarios.
Días después, el diario montevideano “
Embarque de Fuerza – 18 de Mayo de
“Buenos Aires –
Tenemos diarios hasta el 20.
No ocurrió
novedad de bulto, se había embarcado el batallon Legion Estrangera. Llevaba
esta su Cantinera, cuyo respecto dice la “Nación Argentina:”
Llamaba la atención
de todos, una mujer que acompañaba á
Carte de visite del Teniente Coronel José Pipo Giribone. Este es el retrato más difundido del militar, utilizado por el artista catalán Francisco Fortuny, para plasmar la ilustración publicada en el Álbum de la Guerra del Paraguay (Tomo II, entrega 28, 1898, p. 53) Al dorso de la imagen, de puño y letra de Giribone reza la siguiente dedicatoria, a su amigo y compañero de armas, el teniente coronel argentino Tarragona: “A mi querido am.o y compañero Ten.te Cor.l Dn. Ezequiel Tarragona en prueba de amistad y aprecio – J Pipo Giribone”. (Complejo Museográfico “Enrique Udaondo”, Archivo Doctor Estanislao Zeballos, Luján, Nº 1.173, cortesía Ing. Carlos Vertanessian).
El General Paunero, en nota dirigida el 4 de junio de 1865 desde el pueblo correntino de Esquina, donde organiza el Primer Cuerpo del Ejército Argentino de Operaciones, le anuncia entre otras novedades al ministro de guerra General Gelly y Obes: “Anoche llegó Pipo con su legión y hoy está en línea”. [1]
La “Legión Pipo” - como también se le conocía familiarmente en el ejército – había llegado al mando del sargento mayor graduado José Giribone[2] quedando incorporado al pequeño ejército de operaciones al mando del general Wenceslao Paunero (futuro comandante del 1er. Cuerpo de Ejército de Operaciones argentino).
Luego de continuas y sufridas marchas a través de la Provincia de Corrientes, donde el cuerpo formaba en 2ª División al mando del Coronel Arredondo en la 4ª Brigada, al mando del Teniente Coronel Adolfo Orma, llegan a las proximidades de Paso de los Libres, pueblo ocupado por los paraguayos. La Legión Voluntarios, conjuntamente con el Batallón 2º de Línea al mando del Mayor Francisco Borges, participó en la batalla de Yatay el 17 de agosto de 1865 formando parte del ejército aliado de vanguardia. Un mes después, se encuentra entre los cuerpos aliados que asisten a la rendición de las fuerzas paraguayas sitiadas en Uruguayana (18 de setiembre de 1865). Por ambos triunfos militares, le fueron concedidas a sus participantes, sendas medallas conmemorativas, una oriental y otra brasileña.
Será precisamente durante el sitio de Uruguayana – el día 15 de setiembre de 1865 - en que encontramos una mención respecto de las fuerzas argentinas de línea anotada en sus memorias por el Conde D’Eu, yerno del Emperador Pedro II, a las que reputa como “magníficas”. Agrega: “Os mais brilhantes sao o denominado de Voluntarios e a “Legião Militar”, quasi inteiramente compostos de europeus.”
Esta “Legião Militar, que antes da guerra se empregava contra os indígenas do Sudoeste, é até comandada por um italiano, chamado Ciarlone. Tem sobretudo uma banda de tambores e clarins de esplendido effeito. Tanto este dous batalhoes como os de linha estao uniformizados completamente á francesa; os uniformes vêm até já promptos da Europa: fardas muito curtas, azues ou verdes, grandes dragonas de lã, barretinas pequeñas, calças largas mettidas em polainas brancas. O effeito de conjuncto é muito marcial. Os officiaes são os únicos que conservam calças côr de amaranto, cujo effeito a meu ver é infeliz. [3]
Es también en Uruguayana donde el día 24 de setiembre de 1865, Gastón de Orleans nos entera de algunas minucias respecto del capitán francés de Rousseaux, que funge como mayor interino del Batallón Legión 1ª de Voluntarios:
Vi outra ‘Crimean Medal’ sobre um uniforme argentino, mas desta vez
acompanhada de um hábito da Legião de Honra. O
capitão assim condecorado veiu dizer-me que era francez, natural de Toulon; o
seu appellido é de Rousseau; diz que seu pae era ‘receveur – general’. Fez
muitos protestos de dedicação, principalmente para com meu tio Joinville. [4]
Ocurrido el cruce del
Paraná y comenzada la invasión aliada al Paraguay, se halló en las acciones del
Paso de
El 21 de agosto de 1866 Giribone es ascendido a Teniente Coronel graduado y con esa jerarquía, un mes después se vuelve a encontrar al frente de su Legión 1ª de Voluntarios en una acción de gran envergadura. Ocurre que aún no le habían llegado sus despachos con el ascenso otorgado en Buenos Aires un mes antes…
El 22 de setiembre de 1866 el ejército aliado ataca impetuoso las trincheras paraguayas de Curupaity. La Legión 1ª de Voluntarios al mando de Giribone integra la 2ª división del ejército argentino al mando del coronel Arredondo. El cuerpo hace brigada con el Batallón Riojano, y al igual que los demás cuerpos brasileños y argentinos, sufre pesadas bajas en el combate, en el porfiado aunque vano intento de conquistar aquellas inexpugnables defensas. El historiador Miguel Ángel De Marco, comparte la arenga que pronuncia Giribone a su batallón, frente a las trincheras paraguayas:
Soldados de
Su poncho blanco de vicuña sería acribillado de balazos a los costados y manchado con su propia sangre. Todo eso se conservaba con otras reliquias que le pertenecieron, en el museo de Luján. Giribone tuvo a tres oficiales de su cuerpo muertos. Fueron estos el capitán Cayetano Cava, el teniente 1° Ernesto Blanelli y el subteniente Guillermo Blopa. Se contaron treinta y tres soldados muertos; y entre los heridos, además de Giribone, cuatro oficiales (teniente 1° Lorenzo Raimondi, el teniente 1° Luis Saubeur, subteniente Luis Casanova y subteniente abanderado Leonardo Brown) y sesenta y cuatro soldados, heridos; y catorce de tropa contusos. [5]
En el rechazo del asalto
paraguayo del 3 de noviembre de 1867, al campo atrincherado aliado de Tuyutí,
vuelve a distinguirse el cuerpo. Meses después, Giribone obtiene la efectividad
del grado de teniente coronel, con fecha 15 de enero de 1868. Sería el último ascenso de este bravo soldado.
Izquierda: Al dorso de la
fotografía a lápiz la siguiente anotación: “Tte. Cnel. José Giribone con sus
ayudantes en el Paraguay” (Complejo Museográfico
“Enrique Udaondo”, Archivo Doctor Estanislao Zeballos, Luján, Nº 22.428, cortesía
Ing. Carlos Vertanessian); derecha: La fotografía de Giribone, tal como fue reproducida
en el año 1986 por el recordado amigo Mario Chaves. El original se conservaba
en una carpeta de la colección Estanislao Zeballos, y recuerdo que se trataba
de una copia fotográfica tomada del grupo original, donde se advierte el
contraste logrado con una cámara analógica, apoyada en el revelado tradicional
con cubeta y líquido revelador.
Una de las muchas versiones que
se conocen de esta fotografía, atribuida a la galería de Carlos César, uno de
los fotógrafos de tiempos de Pedro II (George Thompson “La Guerra del Paraguay”)
1867 - Banda de música del
Batallón 1ª Legión Voluntarios en el campamento de Tuyu-Cué. (Complejo Museográfico
“Enrique Udaondo”, Luján, cortesía Ing. Carlos Vertanessian)
Muerte de Giribone en el combate de Yutú-Cué o de los Yataitises (17 de febrero de 1868)
Desde el campamento
de Tuyu Cué, las fuerzas del ejército argentino acostumbraban todas las
mañanas, enviar fuertes reconocimientos contra las posiciones paraguayas del Ángulo.
Este combate se libró en el lugar denominado Yataitises entre dos piquetes de
reconocimiento argentinos comandados respectivamente por los tenientes
coroneles Giribone y Falcón, y fuertes emboscadas paraguayas que los atacaron
de frente y por la retaguardia, dirigidas por el Capitán Ceferino Dolores Urbieta,
edecán del Mariscal Francisco Solano López.[6]
Grabado del periódico de trinchera paraguayo Cabichuí (edición del lunes 17 de Febrero de 1868, Paso Pucú, Año 2, Nº 83, página 2).
El teniente coronel graduado José Pipo Giribone a las 5 de la mañana del 17 de febrero de 1868, practicaba la descubierta de costumbre yendo en persona al centro de la 5ª Compañía (al mando accidental del ayudante mayor Juan López) de la Legión 1ª de Voluntarios, apoyado por dos compañías del Regimiento de Caballería General Lavalle (Teniente Coronel Cañete). Al llegar al palmar que está frente al mangrullo de la derecha de las posiciones argentinas, fue atacado violentamente por el enemigo: una fuerte emboscada de infantería que dejó avanzar la descubierta, y como ciento veinte hombres de caballería paraguaya por el flanco izquierdo.
En forma análoga, se producía por la derecha, una emboscada al piquete de reconocimiento de caballería de solo 20 hombres de caballería, al mando del Teniente Coronel Manuel Falcón que recibió graves heridas. Una compañía del Batallón 1º de Corrientes, que al mando del teniente Indalecio Gallardo avanzó resuelta e imprudentemente en su apoyo, recibió un ataque sorpresivo de lanceros paraguayos que le produjeron muchas bajas.
Por orden del general Gelly y Obes, marcharon en apoyo de ambas fuerzas de reconocimiento, el sargento mayor Adolfo Morel, a la sazón, segundo jefe de la Legión Voluntarios con tres compañías del batallón; y el sargento mayor Próspero Norri al frente del Batallón Libertad de Catamarca, y lograron salvar a los soldados que se batían desesperadamente, cuando ya habían sido muerto Giribone, y el ayudante López de la Legión, y el subteniente Benítez de la compañía correntina, y malherido el comandante Falcón.
José Pipo Giribone, murió peleando con denuedo, matando con su espada a varios atacantes, cribado de heridas - se contaron dieciocho lo que demuestra como resistió a sus enemigos antes de entregar su vida - “recibidas todas de frente”, relata Caronti biógrafo de los legionarios italianos:
Cayó muerto sin soltar su espada, que un oficial
paraguayo, bajándose del caballo se la tomó, como asimismo el quepí, pero al
montar nuevamente para alejarse con sus trofeos de guerra, fue herido de dos
balazos por el sargento Arrieta y el cabo Rivadeo, de su misma legión, alejándose,
no obstante, el oficial enemigo llevando una pierna fracturada y echando bocanadas
de sangre. Pero esta espada, reliquia gloriosa de un héroe, no debía quedar en
poder del enemigo; algún tiempo después, en otros combates efectuados frente a
Tuyú.Cué, en los que se arrolló al enemigo, esta espada le fue quitada a un
oficial paraguayo y hoy se encuentra en poder del señor Juan Carlos Giribone,
hijo del héroe, a quien le fue remitida, como recuerdo, por el señor teniente
general Juan Andrés Gelly y Obes, en aquel tiempo comandante en jefe del Ejército
argentino en el Paraguay. [7]
El
retrato del Ayudante Mayor Juan López de la Legión Voluntarios, muerto en el combate
del 17 de febrero de 1868, junto al Teniente Coronel Giribone, constituye un excepcional
registro gráfico. En el año 1986, junto con el amigo Mario Chaves, apreciamos
una fotografía similar del cuerpo sin vida de Giribone que se exhibía en una
vitrina con objetos que pertenecieron a él.
Al dorso de la carte de visite que presentamos, no se menciona la
identidad del difunto. Solo constan anotaciones manuscritas, algunas del Doctor
Estanislao Zeballos, que mencionan: “Murió defendiendo á su Comandante [el Tte.
Cnel. Giribone] el 17 de Feb.ro de /68”.
Otros apuntes señalan “Su asistente”, y el lugar de su muerte: “en Tuyú.Cué”.
(Complejo Museográfico “Enrique Udaondo”, Luján, Nº 6036/I.S. Nº 772/73, cortesía
Ing. Carlos Vertanessian).
De los distintos partes elevados, el coronel Gordillo, jefe del Estado Mayor del 1er Cuerpo de Ejército, sumaba entre los muertos a un jefe (Giribone), dos oficiales (López de la Legión Voluntarios, y Benítez de la compañía del Batallón 1º de Corrientes), y 50 individuos de tropa de ambos cuerpos; y entre los heridos, un jefe (Falcón, del estado mayor) y 13 de tropa, contándose además dos dispersos de tropa.
Solo la compañía correntina tuvo un total de 24 muertos y tres heridos graves. El resto de las bajas, correspondía a la Legión Voluntarios.
El coronel del regimiento “Córdoba”, don Agustín Olmedo,
luego de aportar sucintos pero interesantes datos en sus cuadernos de campaña que
ayudan al conocimiento que tenemos de aquel hecho de armas, concluye: “¡Este es
el resultado de las malas disposiciones!”.
Luego informa que un día después de este aciago acontecimiento,
se realizó una misa dedicada al “comandante Pipo en el campo de su batallón”. Asistieron a la misma, el general Emilio Mitre,
jefe del Estado Mayor, siendo acompañado por algunos jefes y oficiales, entre
ellos Olmedo.[8]
Desde el campamento de Tuyu Cué, el General
Gelly Obes escribía el 19 de febrero de
[…] Lo
conseguido hoi no me quita aun la punta que me hizo tomar el 17 el desgraciado
Com.te Pipo Gefe de un Batallon de Estranjeros quien, estando de Gefe de Linea
Vanguardia cometio la imprudencia de salir en persona á la descubierta
cometiendo en eso una falta y llevando solo 80 infantes y 90 hombres de
caballeria.
Al entrar á una pequeña Isleta
de monte, recibio una descarga de una emboscada que alli habia la que cargo y
como hta hacerla pasar un Estero inmediato á trinchera (zanja) de vanguardia
donde hizo alto poniendose a cambiar balas -
En ese momento llegue yo á
Mientras esto
pasaba por el frente, por la derecha tenia lugar otra emboscada sobre nuestras
fuerzas también la que, habría sido burlada en sus efectos á no ser, otra
brutal imprudencia de un Ten. correntino que sin orden de nadie y de su cuenta
y riesgo, se lanzo gran distancia con 37 infantes en protección de 20 correntinos
de caballería que no corrían peligro ninguno.
En el primer embion
fue feliz corriendo y persiguiendo á 50 infantes Paraguayos llegando su
temeridad hta pasar un Estero — Cuando quiso retirarse é incorporarse á su
pequeña reserva unos y otros fueron cargados por un Escuadrón de Caballería y
aunque pelearon y mataron quedaron fuera de combate 29 hombres —
Resumen en perdida en los dos
lances, 70 hombres incluso Pipo—
El enemigo no la
llevo pelada pues solo muertos en nuestro poder quedaron 28 y en los Esteros se
ven mas cadáveres que no se sacaron porque el enemigo los defendía desde su
trinchera viéndose además, rastros de muchos cuerpos que han arrastrado en su
retirada — Sino han perdido mas, no será
menos que la nuestra. Todo fue obra de un relámpago (10 minutos 6 poco mas)
habiendo recibido mucho fuego y de cerca – […][10]
Expedición al Chaco. Segundo contraste de armas de
Tras la muerte de Giribone, asumió como comandante de la Legión Voluntarios el Teniente Coronel Maximino Matoso y como segundo jefe, el Mayor Domingo Casalla, italiano. Al mando de estos jefes, el batallón forma parte de una columna expedicionaria formada por tropas argentinas y brasileñas para actuar contra los paraguayos en el Chaco. La columna argentina - 3.500 hombres al mando del General Ignacio Rivas – fue integrada el 30 de abril de 1868 por las siguientes unidades: Batallones 1º, 3º y 5º de Infantería de Línea; 1ª Legión Voluntarios y batallón Rioja y Catamarca. Apoyaba a esta infantería, una batería de 4 cañones con 50 artilleros y 50 hombres del Escuadrón “Blandengues” [sic] según relato del General Cerri.[11]
La columna brasileña – según los apéndices de la obra de Louis Schneider - estaba formada por las siguientes unidades: contingente del Batallón de Engenheiros, una batería de 4 cañones de a 4, batallones de línea 1º, 3º, 7º, 8º y 16º.
El 11 de mayo de 1868, el General Bartolomé Mitre desde Buenos Aires, escribe a Gelly y Obes sobre el tema:
Lo felicito cordialmente por los
felices acontecimientos que, en efecto, aseguran la sucesión de otros análogos
o mejores, entre los cuales se puede contar la pronta rendición de Humaitá.
Pero como las cosas nunca son completas,
la vergonzosa conducta de la legión de Voluntarios viene a arrojar una sombra
al brillante triunfo del 3, obscureciendo la gloria que debía caberles a las
tropas argentinas. Por suerte llevaba este cuerpo el nombre de Legión, lo que
no nos hace tan solidarios de su conducta, en las dos veces en que se ha cubierto
de oprobio; y por mayor suerte aún, deja de figurar su nombre en el estado de
las tropas argentinas. Apruebo plenamente su conducta a este respecto, y a nadie
se le ha de ocurrir siquiera llamarlo arbitrario por ella, como usted lo supone.
Me hago cargo de lo que usted debe haber sufrido cuando se le presentaron los primeros dispersos….[12]
El 13 de mayo, el General Mitre remite desde Buenos Aires, una nueva nota dirigida a Gelly Obes en la que insistía nuevamente sobre el tema “Legión Voluntarios”:
Como le decía en mi anterior, apruebo lo que ha hecho con
Disolución de
En la prensa periódica de Buenos Aires y en
la correspondencia de la época se trató mucho del aciago combate que a la
postre le costó a
La noche del dia
A las 5 dela tarde oi un vivo pero muy corto fuego de fusileria por la parte en que suponia á nuestras fuerzas — Algo me inquietó mas, no siguiendo el fuego volvi á mi resignacio[n] de esperar — Me hallaba en el Pavon sobre la costa del Chaco—
No se habia aun puesto el Sol cuando empesaron a llegar dispersos del infortunado Batallon lº de Voluntarios diciendo, que todo había sido concluido por los Paraguayos despues de haber obtenido un triunfo sobre los mismos tomandoles dos piezas de artilleria y que por imprudencia atolondrada del Gefe, volvio á perder y se hizo derrotar —
Esto me puso en espinas aumentandose la ansiedad porque no me llegaba aviso ninguno de Rivas y si, mas dispersos juntando hta 50 — Asi lo pase sin dejar por eso de tomar algunas medidas poniendome en todos los casos, hta las dies de la mañana del 3 en que supe que reparado el golpe por solo dos compañias del Batallon 3, todo seguia bien é iba adelante la espedicion — […]
“De mañana á pasado estara aqui la 1.ª Legion de Voluntarios que he mandado venir sostituyendola [sic] por otro Cuerpo (el 1º de Linea) En cuanto llegue, la disuelvo y sus Gefes y Oficiales van á esa – Dos actos seguidos de cobardía y de vergüenza p.ª las Armas Argentinas, no seran mas repetidas por este Cuerpo de Italianos – ”
Este otro acto de mi responsabilidad, sera motivo p.ª que los dela Tribuna y Nacional pongan el grito en el Cielo – Con su pan se lo coman. [14]
Hemos visto que los generales Mitre y Gelly
Obes, intercambiaron duras críticas sobre la derrota de
Para completar la reputación de arbitrario que debo al
señor Mansilla (el corresponsal Tourlourou que en sus crónicas ponía en solfa al
general argentino); y los que le pertenecen, pienso disolver
Asimismo, en la prensa de la época fue
transcripta la orden general del comandante del Ejército de Operaciones
argentino. Fechada en Paso Pucú, el 3 de mayo de 1868, llevando la rúbrica del
General Juan A. Gelly y Obes y por la misma, se disolvía
1º
Que un batallon de los que componen este ejército ha dado la espalda al enemigo,
huyendo cobardemente ante un número inferior al suyo, en circunstancias en que
se le habia confiado la honrosa mision de aclarar la via que debia seguir el ejército
en operaciones sobre el Chaco.
2º
Que es la segunda vez que
3º Que este cuerpo, sin amor á su bandera, sin
aspiraciones á la gloria militar y sin la conciencia del deber, ha puesto en
peligro el 2 del corriente el éscito de las operaciones que en el Chaco se
desenvuelben.
4º
Que no tan solamente dió la espalda ignominiosamente ante un grupo
insignificante de paraguayos, sino que abandonó tambien su bandera, prefiriendo
el digno oficial encargado de su sagrado depósito, sepultarse en las aguas del
Paraguay, á caer con ella en manos del enemigo.
5º
Que un cuerpo que cuenta hechos indignos en su historia militar, no puede hacer
parte del ejército argentino, cuyas virtudes son notorias, y el cual jamás ha dejado
empañar el brillo de sus siempre victoriosas armas.”
Por todas estas consideraciones, en uso de mis facultades de general en gefe interino del ejército, y como justo castigo de tan indigna conducta, he resuelto:
Art.
1º Que el batallón 1º legión voluntarios
deje de figurar como cuerpo perteneciente al ejercito de línea de
Art.
2º Que su personal de tropa sea distribuido
entre todos los batallones de línea del ejército, y su plana mayor y oficiales
remitidos á la disposición del gobierno.
Art. 2º [sic]
Comuníquese por secretaría lo resuelto al Supremo Gobierno Nacional, pidiendo
su aprobación; y publicado en la órden general del ejército, archívese.
Gelly y Obes” [16]
En su obra
“Biografías argentinas y sudamericanas”, el Capitán de Fragata Jacinto R. Yaben,
publica semblanzas de varios integrantes del batallón, protagonistas en aquella
acción de guerra que provocó su disolución, y que fueron a Buenos Aires donde
se les formó un consejo de guerra. Sobre
el futuro coronel Maximino Matoso, antiguo comandante del Batallón “Libertad”
de Catamarca, y luego de una brigada del 2º Cuerpo de Ejército, indica que era Teniente
Coronel efectivo desde el 29 de febrero de 1868, jefe interino del Batallón
Legión Voluntarios tras la muerte de Giribone. Al frente de
Otro actor en este infausto suceso de armas lo fue el futuro general Patricio Azcurra. Subteniente desde el 31 de mayo de 1867, pasó a prestar servicios en la Legión 1ª de Voluntarios participando en el rechazo de los paraguayos del día 3 de noviembre de 1867 en Tuyutí. Posteriormente, actuó en la acción del 17 de febrero de 1868 donde murió en combate el teniente coronel Giribone; y luego de los combates de los días 2 y 5 de mayo de 1868 en el Chaco, marchó a Buenos Aires en calidad de arrestado - desde el 15 de mayo de aquel mismo año - siendo absuelto posteriormente. [18]
Las memorias del general Cerri y los cuadernos de campaña del coronel Olmedo: dos visiones contrapuestas.
Escasa es la historiografía al referirse al episodio de la derrota y posterior disolución de la Legión Voluntarios que al mando de Giribone, se destacó en numerosas oportunidades durante el desarrollo de la guerra contra Paraguay. La misma muerte de Giribone fue descripta con singular irreverencia en cartas cursadas entre los mandos del Ejército Argentino, imputándole toda la culpa del fracaso, abundando sobre los errores que motivaron la derrota que sufrieron las fuerzas de su mando.
El General de Brigada Daniel Cerri en sus memorias, aborda con énfasis, pero con ponderado juicio sobre esta grave debacle, anotando como sucedieron los hechos. Desde el momento en que, a petición de Matoso, jefe de la Legión, este tomaría el servicio que correspondía al 3º de Línea – precisamente el cuerpo donde servía Cerri – que era descubrir el terreno hacia el Timbó, y comprobar si se había operado el desembarco de fuerzas brasileñas aliadas, acompañado de un baqueano de nombre Etchebarne, “con una guerrilla al frente, rumbo hacia el Timbó.”[19]
En resumen, esto es lo que relata Cerri: a tres kilómetros separado de las fuerzas al mando del general Rivas, se topan con 50 paraguayos que intentaban sacar dos piezas de cañón. Vencidos estos, se entera que pertenecían a una columna que marchaba al Timbó. Señala Cerri que el batallón confiado en que ya no había enemigos por haber desembarcado la columna brasileña, continúa la marcha, “Nada llama la atención – señala Cerri. Adelante: arrollar, con esa confianza que se adquiere después de un fácil triunfo.”[20] Otra bifurcación del camino, se deja pasar indiferentemente, adelantando siempre el cuerpo hasta que es detenido por el bombardeo que la escuadra brasileña somete a la zona que descubre el batallón. Y es entonces, que Matoso desprende a la banda de música y a la bandera para que marchen a la costa del río para hacer notar a los buques brasileños de la presencia de fuerzas aliadas, y da descanso a su batallón esperando el regreso de la banda. Como militar que es, Cerri se pregunta: “¿Y los caminos bifurcados en los bosques tan peligrosos? Y los flancos y retaguardia? No se tienen presentes en estos momentos subyugados por el ardor del avance en una marcha triunfal y temeraria.”[21]
Y es en esta situación inconcebible, en fuerzas de línea que practican reconocimiento en zona boscosa ocupada por el enemigo, es que se produce un vivo fuego de fusilería paraguaya que “envuelve al batallón por flancos y retaguardia, diezmando sus filas.” [22] Matoso da orden de “firme y frente”, que es obedecida en el primer instante, pero el pánico cunde y las filas se rompen y se dispersan, desapareciendo la obediencia. Y luego, comienza Cerri a proclamar principios de la guerra: la responsabilidad del jefe en el triunfo o en la derrota; la temeridad como peor condición que puede tener un militar; reconocimiento de bosques desconocidos, es siempre operación difícil y peligrosa. Y el memorialista, viejo soldado italiano al igual que la mayoría de aquellos que formaban en la Legión Voluntarios, enumera recursos que podrían haber evitado aquella derrota: pequeñas guerrillas al frente y flancos; reservas con arreglo a la fuerza que lleva, y el grueso a distancia de 500 metros; no avanzar hasta recibir noticias de las guerrillas avanzadas; mucha desconfianza en las bifurcaciones de los caminos… Y finalmente, ante una situación de desbande, el oficial al mando debe apelar “revólver en mano” a matar “sin trepidaciones, al pusilánime que aumente el desorden, y restablezca con su entereza la confianza y el valor perdidos en un fatal momento.”[23]
La escuadra brasileña envió botes en socorro de los fugitivos y de la banda de música que esperaba en la ribera del río, y esta se precipitó ocupando los botes para salvarse. “En este atropello, uno de ellos dióse vuelta, ahogándose el abanderado que iba en él; y la bandera sola flotando sobre las aguas e impulsada por la corriente salvóse de caer en poder del enemigo; siendo recogida á bordo de un buque de la escuadra brasilera.” [24]
Olmedo – cuyo cuerpo no fue de los expedicionarios del Chaco - hace un análisis despiadado de la derrota de la Legión. Quizás animado por las rivalidades existentes entre los cuerpos de línea y los de guardias nacionales, así como por la animosidad de las tropas nacionales hacia los enganchados extranjeros. Resalta uno de los errores acumulados por los legionarios en su avance inicial, al vencer a una pequeña fuerza paraguaya a la que le tomaron dos cañones. Esto motivó que “el jefe de la legión hizo desplegar bandera y hacer tocar la banda de música, a la par de algunos vivas, y quien sabe qué más”:
Acto continuo los
paraguayos volvieron sobre ellos con poca fuerza, según me lo han explicado,
siendo la caballería desmontada la que trajo la carga, y la legión,
vergonzosamente fue hecha pedazos. Es decir, el enemigo no hizo más que
presentarse y la legión desorganizarse. Viendo esto el enemigo, trajo su carga
con más fuerza, sin necesidad de hacer un tiro, pues los nuestros ya no hacían,
por tratar de salvarse cada uno como pudiese.
Hay que tener presente que siempre hemos creído que a este cuerpo le sucedería esto, por la gente de que se compone, que son extranjeros, hombres de aquellos que permiten que los hagan pedazos a hachazos, antes de cumplir órdenes de su superior. También porque está probado que el soldado extranjero, si es bueno en su país, es inservible en nuestras filas. Esto está probado en cada hecho de armas en que han tomado parte. ¡Sin embargo, la bandera argentina, está representada en los más cuerpos de línea por extranjeros! Bachichas animales, y flojos, como dicen nuestros soldados.[25]
Olmedo detalla que los legionarios – como corroboraría personalmente, al ver los cuerpos de los caídos más adelante – fueron muertos degollados, o a sablazos y lanzazos por la caballería, todos exterminados con arma blanca, por no haberse encontrado heridos de bala, “ni mucho menos un soldado paraguayo muerto por la legión.” Al aparecer en la tarde Matoso, jefe de la Legión, acompañado de un teniente y un soldado, todos en el campamento tenían la creencia de que habían concluido al resto del batallón...
¿Acaso no corrieron parecida suerte el batallón oriental Voluntarios de la Libertad que perdió su jefe, la mayoría de sus oficiales y tropa y hasta su propia bandera? Por esta razón, fue disuelto y refundido en el Independencia, otro cuerpo uruguayo.
Otro fue el caso del batallón de infantería nº 10 del ejército al mando del mariscal López, por haber abandonado sus posiciones, dando la espalda a la fuerza brasileña atacante en Curuzú. Uno de los cuerpos más antiguos y con señalados servicios en la campaña de Mato Grosso, el cual sufrió una draconiana represalia por parte del general José E. Díaz, siendo diezmado y disuelto, y su número ordinal no volvió a aparecer en la nomenclatura de las unidades del ejército paraguayo.
Análogo final tuvo el 5º Batalhão de Infantaría del ejército brasileño, apodado posteriormente en sorna “o corredor”, el cual fue disuelto por el Marqués de Caxías el 28 de septiembre de 1868 y preso su jefe, apenas un “major em comissão” por su mala actuación en el combate de Surubi-í.
Respecto al episodio guerrero que propicio la
drástica decisión del mando argentino de disolver a la Legión Voluntarios, valga
el testimonio del general Daniel Cerri: “Recuerdo con verdadera pena este trágico
suceso, pero también pienso que al ejército argentino le sobran glorias para
eclipsarlo”.
Apéndices documentales
Apéndice I
Listas de Revista de
Fuente: Ejército argentino en Operaciones contra el Paraguay – 1er Cuerpo de Ejército – Batallón 1º Legión Voluntarios - Archivo del Estado Mayor del Ejército (Ejército Nacional, República Oriental del Uruguay, Sección Listas de Revista, Legajo 73 Carpeta 5, año 1865
Estas listas de
revista se conservaban en el Archivo del Estado Mayor del Ejército uruguayo y
tuve acceso a ellas hace más de dos décadas atrás, cuando frecuentaba aquel
archivo en búsqueda de material documental relacionado con
Plana Mayor Sargento Mayor Comandante José Pipo Giribone,
Capitán encargado de
1ª Compañía Capitán Guerrino Greni, Tte 1º Lorenzo Raimondi, Tte 2º Luis Sauvent, Subteniente Luis Casanova. Tropa: 1 Sgto 1º, 3 Sgto 2º, 1 Sgto 2 Tambor, 4 Cabo 1º, 1 Cabo 1º Trompa, 4 Cabo 2º, 1 Tambor, 38 soldados;
2ª Compañía Teniente 1º Eugenio Logliozo, Teniente 2º Salvador Levy . Tropa: 1 Sgto 1º, 3 Sgto 2º, 1 Sgto 2º Tambor, 5 Cabo 1º, 3 Cabo 2º, 1 Tambor, 37 soldados;
3ª Compañía Capitán Cayetano Cava, Tte 2º Sebastián San Roman, Subteniente Guillermo Vespa. Tropa: 1 Sgto 1º, 4 Sgto 2º, 1 Sgto 2º Tambor, 5 Cabo 1º, 1 Cabo 1º Tambor, 4 Cabo 2º, 1 Trompa, 37 soldados;
4ª Compañía Capitán Domingo Casalla, Tte 1º Ernesto Blangi y Subteniente Juan López. Tropa: 1 Sgto 1º, 4 Sgto 2º, 5 Cabo 1º, 4 Cabo 2º, 1 Trompa, 37 soldados;
5ª Compañía Teniente 1º Santiago Rocca y Subteniente Rafael
de
Nota del autor: El personal de la banda de música revistaba en
Apéndice II
[Parte oficial del General Gelly y Obes elevado al Ministro de Guerra y Marina, Brigadier General Wenceslao Paunero del combate del 17 de febrero de 1868. Memoria del Ministerio de Guerra y Marina, 1868, pp. 44-47]
Campamento en Tuyú-Cué, Febrero 18 de 1868. - A S. E. el Sr. ministro de Guerra y Marina, Brigadier General D. Wenceslao Paunero.
Tengo
el honor de elevar á V. E. para que se sirva trasmitirlo á S. E. el Sr. Presidente
de la Republica y General en Gefe del Ejército Aliado, el parte y demas anexos
que ha pasado el Sargento Mayor, Teniente Coronel Graduado, D. Maximino Matoso,
Gefe de la línea de Vanguardia, en el día de ayer, dando cuenta de los combates
que tuvieron lugar en dos puntos fuera de la línea de Vanguardia al efectuarse
el servicio de descubierta.
Al
hacerse esta al frente y flanco derecho de la línea de Vanguardia que cubren
las fuerzas Argentinas, el enemigo tenia colocadas tres pequeñas emboscadas de
infanteria en un pequeño monte de Yatayses y entre los pajales [sic] [pajonales]
que se hallan en la costa del Estero ó bañado que pasa por el frente de nuestra
línea interior, y divide la de Vanguardia.- Estas emboscadas estaban protegidas
por grupos de caballería visibles y por un Escuadron de la misma arma como de cien
hombres ocultos á nuestra estrema izquierda, y por dos piezas volantes y dos
coheteras establecidas en su línea de Vanguardia.
El
comandante D. José Girobone,[sic] [Giribone] Gefe de la línea, salió en persona
á la descubierta sin ser aún de día, con una compañía de infantería de ochenta hombres,
noventa hombres de caballería del Regimiento “General Lavalle”, á las órdenes
del Teniente Coronel D. Cruz Cañete, y yendo á más veinte hombres por la parte
derecha del Estero ó bañado, al mando del comandante D. Manuel Falcon.
En
este órden emprendió la marcha sobre los puntos donde diariamente, se hace la
descubierta, y al entrar en la Isleta del monte citado, los infantes enemigos
que allí estaban le hicieron una descarga, la que fué contestada, cargándolos y
huyendo el enemigo hasta pasar un Estero que también pasa por el frente de su
línea de Vanguardia en donde hicieron alto, trabándose un escopeteo general en toda
la línea desde ese punto hasta la estrema derecha frente al Paso de Espinillo.
En
esos momentos el Comandante D. Manuel Falcon, que con los veinte hombres de caballería ya espresados se hallaba
en la estremidad de la derecha, fué atacado por una emboscada de cincuenta
infantes, la que solo consiguió herir á este Gefe, no obstando esto para que la
retirada de nuestra fuerza se hiciese en orden y defendiendo el terreno.
Visto
esto por el comandante Giribone, hizo pasar el estero que tenia á su derecha á
la caballeria que se hallaba á sus ordenes en. protección del Comandante Falcon,
lo que tuvo lugar, no con los noventa hombres según se lo ordenó, sinó con sesenta,
habiendo quedado el Comandante Cañete con treinta, para no desamparar
completamente nuestra izquierda del apoyo de esta arma si era necesario,
encontrándose los dichos sesenta hombres del comandante Cañete y una pequeña compañía
del Batallon Correntino que sin orden se había lanzado su Comandante á gran
distancia para protejer la caballería, con la tercer emboscada, que rompía sus fuegos,
cargando al mismo tiempo como cien hombres de caballería, no pudiendo con ese motivo
los infantes reunirse, lo que ocasionó fuesen muertos ó heridos en su mayor parte.
Simultáneamente
con este hecho los cien hombres ocultos á nuestra izquierda se lanzaron sobre
la fuerza del Comandante Giribone, logrando entrar por el flanco y la espalda,
cuando este Gefe, impremeditadamente, aun no había organizado su fuerza á pesar de habérselo yo ordenado por medio de
mi Ayudante el Sargento Mayor D. Nicanor Ramos Mejía, desde mi aparicion en la Vanguardia,
que fué poco después del primer choque, dando por resultado trabarse un combate
individual en que siempre es ventajoso para la arma de caballeria.- Este sangriento conflicto fué instantáneo,
porque en presencia de lo que pasaba se había hecho salir el resto del Batallon
1.º de Voluntarios, del mando del referido Gefe Giribone, y el Catamarca, á las
ordenes de su Gefe Comandante D. Maximino Matoso.
Estas
fuerzas, que llegaron oportunamente, rompieron el fuego sobre el grupo que combatía,
y por el cual el enemigo abandonó el campo, cruzando el estero de la derecha
para incorporarse á la fuerza que ya habia logrado su emboscada sobre los Correntinos, emprendiendo entonces la retirada
no sin dejar de ser muy perseguida hasta pasar el Estero.
El resultado de todo lo que queda referido ha sido: tener el Ejército Argentino la muy lamentable pérdida del digno comandante don José Giribone, un Ayudante y un Alférez muertos: herido, el comandante D. Manuel Falcon: de tropa cuarenta y nueve muertos, 14 heridos y tres dispersos. El enemigo por su parte no habrá dejado de tener, cuando menos, igual perdida, pues solo muertos, que se han podido sacar del estero, son veinte y ocho, entre estos un oficial, viéndose mas cadáveres que no se han sacado por que el enemigo defiende desde su zanja el Estero con empeño, encontrándose tambien en el mismo estero muchos rastros de algo pesado que han arrastrado, lo que no puede ser otra cosa que cadáveres.
Siendo
todo cuanto ha ocurrido.
Dios guarde á V. E. -
Juan A. Gelly y Obes.
Febrero 28 de 1868.
Acúsese recibo diciendo que el Gobierno deplora la sentida pérdida del digno Comandante Dn. José Giribone, los dos oficiales é individuos de tropa de que instruye su nota, así como los heridos que han resultado muy particularmente el Teniente Coronel D. Manuel Falcon, siendolo satisfactorio el denuedo y bizarría con que combatieron nuestros soldados no obstante el mayor número de las fuerzas enemigas como lo acredita los muertos que ha dejado aquel en el Estero.
MITRE
W. Paunero.
Apéndice III
Los uniformes de la Legión Voluntarios y el arte de Cándido López
Según datos compulsados por Mario Chaves en Buenos Aires y otros obtenidos en pesquisas personales por el autor, los uniformes que vistió la “Legión Pipo” eran iguales en diseño al del resto de la infantería de línea argentina. Confeccionados en Francia siguiendo el modelo de los chasseurs à pied, por instrucciones del comisario de guerra Santiago Albarracin, según contrato arreglado por el ministro Mariano Balcarce en Paris, consistían en las siguientes prendas de vestuario: chaquetilla de paño azul oscuro con vivos y vueltas de color verde, corbatín de cuero, camisa de lienzo blanco, charreteras de lana verde, botones de cobre con el escudo nacional, bombacha de paño gris azulada o pantalón largo de ese color, con franja verde, capote modelo francés de paño gris, kepí de paño punzó con faja o aro verde, vivos blancos y las letras “L.V.” en género amarillo, polainas de hilo blanco y de cuero, pantorrilleras o güeltras de cuero, y zapato de cuero negro claveteado.
En el año 1865, Giribone solicitaba el siguiente vestuario para vestir a su batallón que viajaba al teatro de operaciones: 300 chaquetas de paño, y las mismas cantidades de kepís punzó, bombachas de paño del país, pares de polaina de cuero, pares de polaina blancas.[26]
Pero además del kepí que lo diferenciaba de los demás cuerpos, ¿qué otras peculiaridades distinguía a estos legionarios por su vestimenta en el ejército argentino? Vimos al inicio, como el Conde D’Eu, un príncipe francés de la casa de Orleans, pondera a los batallones Legión Militar y Legión Voluntarios. Les llama los más brillantes de las tropas que le rinden honores al Emperador Pedro II el 15 de setiembre de 1865, al verlos en formación, en los prolegómenos de la rendición de Uruguayana, totalmente uniformados a la francesa.
Una fuente de inestimable valor además de las sorprendentes telas de Cándido López, son los propios apuntes del artista, contenidos en sus cuadernos de bocetos que hoy se conservan en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. Otra, lo publicado en el catálogo descriptivo de sus cuadros, cuando se realizó la exposición de los mismos en el año 1887. El primer cuadro donde este batallón es destacado por su uniforme único en el ejército, es cuando fuerzas del primer cuerpo – organizado en el pequeño pueblo correntino de Esquina - al mando del general Paunero procuran en sus marchas incorporarse a las fuerzas de vanguardia al mando del general Venancio Flores. Se titula “Pasaje de Ayui por el Paso de Ayala, Agosto 13 de 1865.” Y el fragmento que menciona a la legión es el siguiente: “Por el costado derecho desfila en ese momento el 2° de infantería de línea, seguido del 1º de voluntarios, cuyo cuerpo es conocido á la distancia, por usar sus jefes y oficiales dormán punzó guarnecido de trencilla negra.”[27]
En el segundo cuadro de la muestra de 1887 (Batalla de Yatay, Agosto 17 de 1865), se describe así en su generalidad: “Las tropas argentinas pelearon con su conocido traje, bien conservado, y casi no había jefe ni oficial que no se batiera con su rico guante de cabritilla color patito, blanco ó lila.”. En el óleo exhibido en el Museo Histórico Nacional, se advierte que los oficiales usan dolmán punzó con trencilla negra en la espalda, y se nota al jefe con presilla en su dolmán, y galón dorado en el pantalón azul que lo diferencia de sus oficiales que usan franja verde. La tropa con chaquetilla azul oscuro, con charreteras verdes, kepí punzó, y correaje blanco.
El cuadro que lleva el número 11 del catálogo descriptivo (Campamento en marcha, 16 de noviembre de 1865. Pasaje del Río Batel), apenas menciona fugazmente que en ese momento el 1º de línea, se encuentra preparado para efectuar el paso del Batel, a su costado izquierdo, “está el comandante Pipo Chiribone, [sic] al frente de su batallon.” [28] La tela registra con impecable detalle a Giribone y sus oficiales a caballo o a pie, a la banda lisa y a los soldados que visten el uniforme de brin con pantorrilleras y polainas de cuero, y un fragmento de la misma lo elegimos para portada de este artículo.
Respecto a uno de los óleos que pertenece al Museo Nacional de Bellas Artes, al describir López la tela que presenta como el número 40 y que tituló “Marcha del ejército argentino a tomar posiciones para el ataque de Curupaity, el 22 de setiembre de 1866” (49,8 X 149,5 cm.), da interesantes datos sobre los uniformes del ejército argentino, que Cándido López conoció muy bien y que dejó plasmados en sus maravillosos óleos:
Las unidades del Ejército Argentino en aquella época no llevaban uniformes iguales todos los cuerpos: el 1º de Línea de Infantería y los batallones Legión Militar y 1ª y 2º de Voluntarios, usaban kepí color colorado y los demás batallones de Línea, azules. […] Los oficiales de la Legión Militar y 1º, 2º y 6º de Línea y algunos de Guardias Nacionales usaban anchos pantalones de paño grana y los del 1º de Voluntarios dormán punzó guarnecido con trencillas negras. Los soldados de este cuerpo en vez de bombachas azules y polainas como llevaban los demás cuerpos de Línea usaban pantalones con franja verde. […] [29]
Cándido López nos brinda una sencilla pero inestimable descripción para recrear el uniforme de los oficiales de la Legión Voluntarios, que apoyan las fotografías contemporáneas y que llegan a nuestros días, gracias a la donación que hiciera Juan Carlos Giribone al museo de Luján: dormán o dolmán punzó, guarnecido con trencillas negras, kepí “colorado” o punzó, con las iniciales “L.V” en bronce dorado en la franja verde; chaquetilla o blusa azul oscuro, con vueltas verdes y vivos rojo mordoré; capote de paño gris o poncho; y en campaña, distinto tipo de indumentaria que imponen los usos y costumbres (pantalones y blusas de brin blanco, fundas para kepí, sombreros de paja, ponchos, botas de montar...).
En nuestra acuarela, tratamos de representar algo de este vestuario. De izquierda a derecha: un gastador de la Legión Voluntaria; un capitán con chaquetilla, terciado y arrollado su capote modelo francés; teniente coronel José Pipo Giribone en campaña; teniente 1º con dolmán punzó, peculiar de la Legión; cantinera que acompañó al batallón el día del embarque en Buenos Aires.
El artículo se lo dedicamos a la memoria de
nuestro amigo Mario Chaves, quien supo cómo ninguno, entender lo que fue la uniformidad
del Ejército Argentino durante la Guerra contra el Paraguay.
[1] Archivo del General Juan Andrés Gelly y Obes. Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay en Revista de la Biblioteca Nacional, Tomo XXI, tercer trimestre de 1949, Nº 51, p. 493.
[2] Nota del autor: Ascendido a ese grado desde el 9 de marzo de 1863
[3] Conde D´Eu “Viagem Militar ao Rio Grande do Sul”, Serie 53, Brasiliana, Vol. 61, Biblioteca pedagógica brasileira, Companhia Editora Nacional - São Paulo – 1938, p. 17.
[4] Ibídem, p. 165. Nota del autor: Respecto del Mayor Eugenio de Rousseaux de la Legión Voluntarios, lo único que hemos encontrado en relación a sus servicios en el ejército argentino, es que fue dado de baja el 28 de abril de 1868, sin más datos para aportar sobre este militar de origen francés.
[5]De Marco, Miguel Ángel “Semblanza del Teniente Coronel José Giribone”, en Rassegna Storica del Risorgimento, Roma, Istituto per
[6] El historiador paraguayo Efraim Cardozo en su
magnífica obra “Hace 100 años”, con datos extractados de El Semanario y Cabichuí,
informa que el “señuelo” fue el Alférez Lorenzo Ortigoza con 10 hombres de infantería. Participaron en la emboscada, un escuadrón del
Regimiento de Dragones de la Escolta al mando del Capitán Eduardo Vera; un
escuadrón del Regimiento 20 al mando del Capitán Luis Céspedes; y 60 infantes del Batallón 29, al mando del Capitán José Molinas. Cfr. Efraim CArdozo, “Hace 100 años”, Asunción,
Emasa Ediciones, 1976, T VIII, p. 128.
[7] Caronti, Luis C. “Legiones Italianas. Breve noticia de sus servicios en el ejército argentino”, 1907, p. 89.
[8] Olmedo, Cuadernos de Campaña, p. 85.
[9] Cfr. Apéndice documental II
[10] Archivo del General Juan Andrés Gelly y Obes. Guerra de
[11] Cerri, Daniel “Campaña del Paraguay, 1892, p. 48
[12] Archivo del General Mitre, Tomo III, p. 219 Cardozo, Efraim “Hace 100 años”, Tomo VIII, pp. 364-365
[13] Archivo del General Mitre, Tomo III, Guerra del Paraguay - Cartas del General Mitre al General Juan Andrés Gelly y Obes, Buenos Aires, Biblioteca de La Nación, 1911, p. 221.
[14] Archivo del General Juan Andrés Gelly y Obes, T XXII, pp. 456-458
[15] Cardozo, Efraim “Hace 100 años”, Tomo VIII, p. 358
[16] Correspondencia de “Mefisto”de Buenos Aires del 13 de mayo de 1868. Transcribe Orden General del General Gelly Obes, Comandante en Gefe Interino del Ejército argentino, dada en el Campamento de Paso-Pucú, mayo 3 de 1868. Diario “
[17] Yaben, Jacinto R. “Biografías argentinas y sudamericanas”, Tomo III, 1939, pp. 699-700.
[18] Yaben, Jacinto R. “Biografías argentinas y sudamericanas”, Tomo I, 1938, p. 397.
[19] Cerri, op. cit. p. 53.
[20] Idem, p. 54.
[21] Ibídem.
[22] Idem, p. 55.
[23] Idem, p. 56.
[24] Idem, p. 57.
[25] Olmedo, op. cit, p. 152.
[26] Archivo General de la Nación, Buenos Aires, Guerra del Paraguay, Cajón 12, Legajo 3750.
[27] Catálogo descriptivos, 1887, pp. 47-48.
[28] Ibídem, p. 61.
[29] “Cándido López, Colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes,”, 1971, pp. 44-45.
Bibliografía y fuentes documentales
Alonso, José Luis y Peña, Juan Manuel, “Las legiones italianas en la República Argentina”, en Revista Superior de Guerra, número 552, abril-junio 2004, Buenos Aires, 2004.
Archivo del General Juan Andrés Gelly y Obes. Guerra de
“Campaña del Paraguay. Toma de
“Cándido López, Colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes,” textos y catalogación por Marta Gil Solá y Marta Dujovne, editado por la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, 1971.
Caronti, Luis C. “Legiones Italianas. Breve noticia de sus servicios en el ejército argentino”, Buenos Aires, 1907.
“Catálogo descriptivo de la colección de cuadros históricos, representando batallas, campamentos y episodios de la Guerra del Paraguay por el pintor argentino Cándido López, exhibidos el año 1885, bajo la protección del Centro Industrial Argentino y Club de Gimnasia y Esgrima – Ofrecida al Honorable Congreso Argentino con un testimonio del general Bartolomé Mitre y varios artículos de la prensa.” Buenos Aires, Imprenta y Litografía de Stiller y Laass, San Martín 160, 1887.
De Marco, Miguel Ángel “Semblanza del Teniente Coronel José Giribone”, en Rassegna Storica del Risorgimento, Roma, Istituto per
De Marco, Miguel Ángel “Soldado valiente y músico notable” en “Soldados y poetas. Historias que hicieron la Historia Argentina”, Buenos Aires, Emecé Editores, 2002, pp. 158-161.
Conde D’Eu “Viagem Militar ao Rio Grande do Sul (Agosto a Novembro de 1865)”, Companhia Editora Nacional, São Paulo, 1936.
Gradenigo, Gaio “Italianos. Entre Rosas y Mitre”, Buenos Aires, Ediciones Edilliba, Talleres Gráficos MP S S.R.L., 1987
Memoria presentada por el Ministro de Estado en el Departamento de Guerra y Marina al Congreso Nacional en 1868, Buenos Aires, Imprenta del “Plata”, Calle de Potosí Núm 198, 1868. [Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires]
Olmedo, Agustín Ángel “Guerra del Paraguay. Cuadernos de campaña (1867-1869)”, Academia Nacional de la Historia, Unión Académique Internationale, Buenos Aires, Editorial Dunken, 2008.
Tobler/Lopacher “Un Suizo en
“Incorporación de europeos al Ejército Argentino durante la Guerra contra el Paraguay” en Capítulo LV, “Reseña histórica y orgánica del Ejército argentino” (1862-1917), Círculo Militar, Tomo II, Volumen 635/636, Buenos Aires, 1972, pp. 109-114.
Yaben, Jacinto R, Capitán de Fragata (R) “Biografías argentinas y sudamericanas”, Tomo II, G-H-I-J-K-K-L-LL-M, Buenos Aires, Editorial Metrópolis, Talleres Gráficos de A. Contreras, 1939, pp. 791-792.
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